La mayor cita editorial del mundo hispano, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), logró mantener cifras de asistencia y superar los 600 mil visitantes, pese a la crisis global que afectó a las casas editoriales, apuntó su presidente Raúl Padilla.
“Atravesando México por una de las más profundas crisis que ha padecido en las últimas décadas, teníamos temor de que pudiéramos tener alguna merma, lo cual sería entendible”, afirmó.
Sin embargo, el número de visitantes de esta XXIII edición se incrementó de los 604 mil 12 del año anterior a 606 mil 8, un alza muy ligera pero, a fin de cuentas, una subida, expresó Padilla.
Nuevas iniciativas permitieron mantener el flujo de visitantes: una venta nocturna, programada por vez primera en la feria, la cual contribuyó con 30 mil visitantes. En total mil 925 casas editoriales y quinientos escritores tomaron parte en el certamen, llegados de 17 países.
El domingo la FIL bajó el telón tras nueve días intensos, con homenajes a Mario Benedetti, a Juan Carlos Onetti y a José Emilio Pacheco, poeta mexicano al que la concesión del Premio Cervantes lo sorprendió en medio de la feria.
Las superventas de la feria no guardan demasiadas sorpresas: Planeta coloca en el primer puesto a El símbolo perdido, de Dan Brown, seguido de Millenium, de Stieg Larsson.
Para el Grupo Santillana, las ventas de la saga de vampiros Crepúsculo, de Stephenie Meyer, superaron las obras de Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa.