Aunque se reportaron quejas por el tráfico vehicular para ingresar al Casco Antiguo y algunas molestias por la maquinaria de logística, el Festival Macro se desarrolló sin mayores inconvenientes este fin de semana.
El cierre del tránsito vehicular en el sitio provocó la molestia de algunos que exigían ingresar porque tenían compromisos artísticos o porque decían ser residentes en el área.
Ante este panorama, ingresar al lugar por el puerto fiscal obligaba estar en una cola de unos 10 minutos, aunque las calles internas se mantuvieron sin congestionamiento durante el 18 y 19 de marzo, días en que asistió una mayor cantidad de personas y se realizó el cierre de la actividad.
Ante la denuncia de algunos vecinos de ese sector, quienes aseguraron que a algunas personas se les permitió entrar con sus vehículos sin que residieran allí, Juan Madrid, director de comunicación de la Oficina del Casco Antiguo (OCA), explica que la responsabilidad sobre este control era del Servicio de Protección Institucional (SPI).
Una fuente del SPI, que solicitó reserva de su nombre, aclaró que el plan de control de ingreso al Casco consistía en solo permitir que entraran al sitio histórico vehículos de residentes del sitio. Para ello, le entregaron identificaciones a los moradores.
La fuente desmintió que se estuviera permitiendo el ingreso de automóviles que no estuvieran identificados.
Otro grupo de vecinos que amenamente conversaban mientras eran testigos del constante flujo de personas y turistas que se daban cita en el Festival Macro, comentó que las calles del Casco Antiguo son más activas cuando ocurren este tipo de eventos, pero al menos para ellos esto no representa mayores molestias, aunque sí mencionaron que hay quienes no soportan el estridente sonido de la música sobre todo en la madrugada.
Según Jorge, uno de los que en ese grupo conversaba, algunos dueños de restaurantes y tiendas de venta se ven obligados a cerrar, sobre todo por las maquinarias que necesitan instalar cerca a las tarimas.

