Leyendas moralizantes



Los mitos y las leyendas de una sociedad refuerzan su identidad, dice el sociólogo Bolívar Franco. “Contribuyen a homogenizar nuestra cultura e inculcar los valores enzarzados por ésta” agrega.

¿Quién no ha escuchado al menos una vez de personajes como la Tulivieja, el diablo, las ánimas, el Cuco, los duendes, los gatos negros, las cilampas, los perros negros y el chivato?

Todos involucraban algún hecho lúgubre o, de alguna manera tenebroso, que buscaba dejar un mensaje siempre de carácter didáctico o moral.

“Son transmisores de enseñanzas moralizantes”, dice el profesor de la Universidad Santa María la Antigua, Jorge Enrique Kam. Explica que éstos se les contaban a los niños no necesariamente con la intención de asustarlos, sino más bien para inculcarles desde chicos los comportamientos y virtudes destacados de nuestra sociedad en particular. Es exclusivamente “de carácter formativo y moralizante”, recalca Kam.

La Tulivieja, por ejemplo, no solo advierte sobre las severas consecuencias de faltar a los deberes maternales, sino que también busca culminar la constante lloradera de los niños, porque de lo contrario serán acechados por el monstruo.

Estos mitos de fantasía popular, probablemente se cuentan desde épocas coloniales, aunque no hay forma de saberlo concretamente porque, como explica Kam, “los cuentos de esta naturaleza suelen ser anónimos porque entran en la categoría de folclóricos”.

Las leyendas y mitos como estos se van pasando de generación en generación. “El cuento-mito o el mito-cuento va evolucionando, haciéndose cada vez más urbano y actual”, cita Kam.

Sin embargo, aunque los cuentos constantemente se adecuan al público al que se les transmite, los remedios no parecen cambiar mucho, pues siguen siendo “las mismas variaciones de rezos cristiano-católicos que se promueven desde épocas coloniales”, detalla Kam.

Es curiosos notar que muchos de estos cuentos son “probablemente” importados, anota el profesor Ricardo Ríos, ya que la Tulivieja es un drama y leyenda universal que se ha contado en distintas épocas y lugares. “Llama la atención que la trágica historia de la Tulivieja guarda muchas semejanzas con la historia de la Llorona mexicana”, acota.

Es probable que muchos de estos cuentos encierren la semblanza de un hecho real, explica Ríos, pero como son abiertos y de intención didáctica, no están amarrados a una época ni a un autor en particular.

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