En su libro Un plan de lectura para toda la vida, el escritor norteamericano Clifton Fadiman enumera los 132 clásicos de la literatura que representan “una fuente de crecimiento interior continuo”. Incluye, por ejemplo, Confesiones, de San Agustín, Obras completas, de William Shakespeare, Pensamientos, de Blaise Pascal, y Odisea e Ilíada, de Homero.
Los autores panameños coinciden con algunas selecciones de Fadiman, aunque cada uno tiene su “listita”.
Rose Marie Tapia, por ejemplo, piensa que todas las personas deberían leer El príncipe, de Maquiavelo, Los miserables, de Víctor Hugo, y Don Quijote, de Miguel de Cervantes.
El primero, explica, “permite entender el ejercicio del poder y enseña a adquirir, mantener, ejercer y fortalecer un cargo público”. Los miserables, indica, “razona sobre la naturaleza del bien y el mal”, y Don Quijote, “la obra cumbre de la literatura de Hispanoamérica, demuestra una multiplicidad de técnicas narrativas”.
Por su lado, Rosa María Britton recomienda La guerra y la paz, de Leon Tolstoi, por ser “una gran épica en la que el lector se hace testigo de la destrucción de un pueblo por la codicia de unos cuantos”.
Britton recomienda, además, La montaña mágica, de Thomas Mann, y Don Quijote.
El escritor Ricardo Ríos también recomienda leer Don Quijote. Para él, en ese libro “se refleja la justicia en nuestro Panamá actual, donde ésta solo se le aplica a los de más bajo estrato, mientras los demás se salen con la suya”. Ríos también recomienda la lectura de El cantar del Mio Cid (anónimo), pues “el personaje titular enzarza los valores de respeto, amistad y lealtad que se han perdido en la sociedad”. Por ultimo, aconseja leer La Celestina, de Fernando de Rojas, “cuyo personaje titular, a pesar de ser de lo más vil que hay, sale a deslumbrar como santo al lado de nuestros políticos”.