Clara Icaza y Jennifer Spector vendieron el Limoncillo Pony Club a un chef italiano, Alessandro de nombre, quien ha mantenido algunos de los platos de Icaza, y se demostró cuando en vez de traer mantequilla o aceite con el pan hecho en casa (que sigue exquisito) nos trajeron crema de garbanzos (no tan buena). Pero seguimos adelante.
Como antipasti pedimos una ensaladilla de pulpo que tenía a Rdt en éxtasis: dijo que la textura del pulpo estaba superlativa. El plato en sí está compuesto por varios ingrediente picaditos: pulpo, papas hervidas, tomate, perejil, aceitunas negras, y un sutil aderezo de aceite de oliva.
Además, pedimos unas berenjenas apanadas con salsa de tomate concebidas por Icaza, pero que el chef ha modificado un poquito. En vez de feta, ahora traen tiras de morrones, un chiffonnade de albahaca y encima, ricotta batida. El empanizado crocante, la salsa seriamente buena y la berenjena, se derretía en la boca.
Pasamos a los primi piatti. RdT se decantó por el risotto de camaroncitos con zucchini. Arborio cocido a perfecto punto, un poquito caldoso ma non troppo, zucchini algo recocinado. Bastante, bastante bueno. Y unos gnocchi elementalísimos: salsa de tomate, y un poco de parmesano. Ligeros como una nube. Un wao.
De segundo pedimos unos langostinos (vinieron tres gigantes con cabeza) con un aderezo de tuquitos de tomate fresco, perejil y cebolla blanca, y un contorno de zucchini y berenjenas, estas últimas de antología. Lo único que falló fue el saltimbocca a la romana. Esa ternera tenía meses de haber dejado la teta materna. No obstante, la salsa de Marsala estuvo apropiadamente sutil, y la salvia que por lo general no se siente hizo presencia, al igual que el prosciutto.
De postre, pedimos un panna cotta con frutas del bosque con excelente textura y sabor, y un “pastel de ricotta” que traía una masa densa, dulce pero no mucho, un contorno de ricotta batida y una deliciosa salsa de manzanas y pasitas en almíbar. Me quedé antojada de las pastas hechas en casa, pero ya no había espacio (esta vaca no tiene siete barrigas, sigo insistiendo) así que me tocará volver con mi propio cuara. Dixit.