Contrario a lo que piensan muchos jóvenes hoy en día, la marihuana es adictiva y peligrosa. De acuerdo con un estudio divulgado la semana pasada por la Universidad Federal de Ciencias de la Salud de Porto Alegre en Brasil, el 49% de los usuarios de marihuana termina por consumir cocaína o crack.
Según la profesora Helena Barros, coordinadora del estudio, el pasaje de esa droga a otras más fuertes es un proceso natural, ya que el consumo de marihuana los pone en contacto con proveedores de las otras. Según ella, “el consumo de la marihuana sola y en conjunto con otras como la cocaína y el crack se hace frecuentemente en grupo y se complementa con alcohol”.
Según el farmaceuta Abdiel Frías, la marihuana tiene un ingrediente altamente adictivo conocido como tetrahidrocannabinol. “Esto es, en gran parte, lo que mantiene a la persona volviendo por más.
Eventualmente, asegura, “saldrán en busca de sentimientos más fuertes que los que les puede ofrecer la marihuana en otras drogas”.
Esto ha llevado a que la marihuana se le conozca coloquialmente como “el portal al abuso de las drogas”.
El pediatra Jaime Boyd explica que la marihuana es una mezcla triturada y seca de flores, tallos, semillas y hojas de la planta de cáñamo cannabis sativa, una droga estimulante. Según Boyd, el abuso de esta droga puede causar problemas en la memoria, el aprendizaje, causar paranoia y ansiedad. “A largo plazo, causa cáncer de pulmón y un aumento en el riesgo de infecciones”, dice.
El farmaceuta Abdiel Frías agrega que “algunas de las señales más comunes del uso de la marihuana son las uñas amarillas, un incremento del apetito y una pérdida anormal de peso.
El uso de la marihuana, según el libro Lost Civilizations of the Stone Age, data del siglo III antes de Cristo.
Sus usos han ido desde recreacionales hasta religiosos, pero nunca ha cabido duda de que es una droga. No fue sino hasta comienzos del siglo XX que su consumo se volvió ilícito. Aun así, esto no ha evitado que distintas organizaciones investiguen sus efectos positivos para tratar náuseas, asma, espasmos, desórdenes de movimiento y anorexia.
Además, la Food and Drug Administration de Estados Unidos ya ha permitido que la marihuana, bajo estricto control médico, sea usada para tratamientos relacionados con el cáncer, la influenza y el virus de VIH.