Panamá en las caricaturas



El Canal, nuestra posición, las intrigas y hechos para poseerlos han sido y por siempre serán de la mayor actualidad en nuestro país. Que si cuántos negocios se podrían efectuar aquí, qué tipo de influencias para conseguirlos hay que tener. En fin, que este minúsculo pedacito de tierra está tan bien situado que no cabe la menor duda de que Papá Dios es paisano nuestro, y no nos sorprendería averiguar por qué tanta predilección.

De allí la cantidad de noticias y de caricaturas con las cuales los periódicos, revistas y hoy además, por la televisión, siempre se han encargado de enterarse por lo que suceda o pueda suceder aquí.

Hoy volvemos a mostrarles más caricaturas que tienen que ver con hechos sucedidos en Panamá y que ya explicaremos su por qué.

Ahora, nos vamos a dedicar a tratar de referirles algo de la historia o sea de las raíces de este medio de expresión tan sugerente, tanto entre nosotros como en el exterior.

La mención escrita más remota que hemos hallado acerca de las caricaturas panameñas, de seguro que deben existir más, se la debemos a Mariano Soto, aquel personaje que por su ingenio y otros motivos no se debe olvidar.

En un escrito suyo de por allá en los años cincuenta del siglo pasado, nos habla de cómo en 1905 ó 1906, la duda es de él, Constantino Arosemena lo llevó al Diario de Panamá.

Ese periódico había sido fundado por un grupo de liberales entre los cuales se contaban él mismo y Pablo y Harmodio Arosemena, Manuel M. Valdés, Carlos A. Mendoza, Ciro L. Urriola, Eusebio A. Morales, Francisco A. Mata, José Agustín Chiari y Juan D. Arosemena. La publicación la dirigía Eduardo León Ponte, venezolano, siendo su caricaturista oficial Rafael Garmendía de la misma procedencia y nacionalidad.

Mariano Soto con facilidades para caricaturizar, dibujó una del general de Obarrio y de Manuel Espinosa Batista que fueron del agrado de lectores y directivos. También Mariano las hizo para El Duende,otra publicación local, esta vez de Edmundo Botello.

Soto dibujó según nos refiere él mismo, una caricatura en la que aparecía Carlos A. Mendoza, presidente de la República para esos tiempos, y el presidente de Chile, Pedro Mont de visita por aquí y vuelve ahora y nos dice Mariano Soto que Mendoza lo destituyó, pero no explica el por qué y de cuál posición. Total que nuestro relator nos sigue refiriendo cómo continuó elaborando cada vez más y más de esos trabajos dibujados y satíricos.

Ese gran caricaturista, sin negarle mérito a varios otros del patio que se llama Eudoro Lolo Silvera tiene también una obra escrita y con gran número de sus formidables trabajos.

Lolo, pintor, dibujante, musicólogo, cantante de música de verdad, debería regresar y encontrar plaza para poder seguir divirtiéndonos con su ingenio, muy agudo y punzante para muchos, pero que se debe recobrar.

Sabemos de algunos otros autores que están trabajando en una obra de la historia de la caricatura en nuestro país y quiénes han sido sus principales mentores. Ojalá la podamos gozar.

Las caricaturas, tanto locales como las de exterior, siempre han sido motivo de nuestra predilección. El ingenio que muchos de ellos manifiestan y mejor aún si se trata de buenos dibujantes, es algo siempre digno de admirar. Una acertada caricatura tiene en muchas ocasiones más valor y efectividad que cualquier otro tipo de manifestación.

Textos: Harry Castro Stanziola Fotografías: Ricardo López Arias Comentarios: vivir+@prensa.com

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