Mientras los disturbios y el caos aparentemente toman por sorpresa a las autoridades de Egipto y países de Occidente, los gobiernos y agentes de inteligencia le prestan cada vez más atención a redes sociales como Twitter para detectar las amenazas políticas.
Los manifestantes que derrocaron al presidente tunecino Ben Ali, e iniciaron una revolución en las calles de Egipto hasta conseguir la salida del mandatario Hosni Mubarak usaron sitios como Twitter y Facebook para coordinar sus acciones.
Aunque pocas personas dan crédito a las redes sociales por las revueltas, se cree que la velocidad de la comunicación instantánea aceleró los acontecimientos.
Lo mismo ocurrió con las protestas estudiantiles de Gran Bretaña a fines del año pasado y con la creciente ola de medidas contra el ajuste económico.
Con tanta más interacción en internet, y Túnez y Egipto demostrando que la disconformidad virtual puede rápidamente generar consecuencias en el mundo real, las autoridades gobernantes están mostrando interés.
“En cualquier situación altamente incierta, la información de fuente abierta proveniente de las redes sociales puede aportar datos muy útiles sobre la dirección de los eventos”, dijo a Reuters un funcionario estadounidense familiarizado con asuntos de inteligencia.
Hace mucho que las agencias de inteligencia vienen concentrando su atención en los sitios web de extremistas para detectar actos criminales y militantes.
“Es muy transparente, uno puede ver quiénes son las personas y a quiénes están hablando. En algunos países la gente está poniendo sus vidas en riesgo, dijo Tim Hardy, ingeniero informático británico que dirige el blog “Beyond Clicktivism” (Más allá del clicktivismo).