Problemas de conducta de los niños en la escuela: causas y acciones

Problemas de conducta de los niños en la escuela: causas y acciones


La indisciplina, el desafío a la autoridad y el acoso, entre otros problemas de conducta, son presentados por más de un niño y adolescente en las escuelas.

Aunque estas situaciones tienen un origen multifactorial, una de sus principales causas es que los muchachos no siempre controlan bien sus propias emociones, según expertos en el tema.

Los seres humanos nacen con ciertos elementos que los ayudan a tener un mejor control de sus emociones y uno de ellos es la “familia”, sustenta Sarah Sasso, psicóloga clínica especialista en terapia individual, familiar y de pareja.

Situación

En la escuela hay normas y reglas establecidas, las cuales pueden entrar en oposición a lo que hacen algunos chicos en su casa y es aquí donde puede surgir el mal comportamiento.



“Las emociones se aprenden a manejar en la medida en que el niño ve a través de su núcleo familiar buenos modelos de expresión”, subraya Sasso.

Puede darse el caso de que los chicos tienen padres que reaccionan gritando ante ciertas situaciones. Es decir, que ven un modelo inadecuado del control de las emociones, asegura.

[Estos problemas] empiezan en todos los contextos en donde el niño se desenvuelve”, recalca la especialista.

Las dificultades en la conducta también pueden surgir por la falta de límites en la crianza impartida por los adultos, añade la psicóloga Xochitl Mckay.

Un estudio publicado en la revista British Medical Journal señala que para lograr un comportamiento adecuado en el niño, este debe mantener un buen vínculo afectivo con sus progenitores. Para esto, los padres deben dedicarles tiempo suficiente a sus hijos desde edades tempranas.

También se puede dar el caso de que los chicos presenten una condición especial que los lleva a que no puedan estar permanentemente tranquilos, agrega Luz María Córdoba, directora nacional de servicios psicoeducativos del Ministerio de Educación.

¿Qué otras acciones pueden ejecutar los padres y los docentes frente a esta clase de conductas? 

DETRÁS DE UN MAL COMPORTAMIENTO

Niños que responden de manera impulsiva, otros que irrumpen durante las clases, hay unos más que dicen palabras ofensivas a sus compañeros y también están los que se oponen a todas las indicaciones, es decir, chicos que no tienen límites y hacen lo que quieren.

Estos son ejemplos de los problemas de conducta de algunos niños en las escuelas y este comportamiento ha sido atribuido, por expertos, a que los chicos no saben controlar sus emociones.

Las emociones se aprenden a manejar en la medida en que el niño ve a través de su núcleo familiar buenos modelos de expresión”.


Sarah Sasso
Psicóloga clínica, especialista en terapia individual, familiar y de pareja

“Las emociones son agitaciones del ánimo, producidas por ideas, recuerdos, apetitos, deseos, sentimientos o pasiones. Son estados físicos de mayor o menor intensidad y de corta duración”, recuerda la psicóloga Xochitl Mckay.

“Hemos aprendido a ocultar nuestras emociones. Sin embargo, cuando las personas se llenan de ansiedad se descompensan y sus emociones se manifiestan con síntomas diferentes, algunos de ellos violentos”, señala Mckay.

Aunado a este factor detonante, Luz María Córdoba, directora nacional de servicios psicoeducativo del Meduca, agrega que las conductas son aprendidas y todo se adquiere en la primera escuela: la familia.

Por ejemplo, al niño no se le enseñó a respetar normas y límites en la casa, hace lo que quiere y ese mismo patrón lo va a querer repetir en el centro escolar, dice.

No obstante, en el colegio hay reglas establecidas, las cuales pueden entrar en oposición a lo que hace en su hogar y es aquí donde puede surgir el mal comportamiento, indica la docente.

¿Qué hacer?

Debe existir un canal abierto de comunicación entre el hogar y la escuela, sugiere Sarah Sasso, psicóloga clínica especialista en terapia individual, familiar y de pareja. 

Los padres tienen que involucrarse en la vida académica, social y en la disciplina de sus hijos. No pueden dejar que los maestros sean los únicos que manejen estas situaciones, reitera.

Cuando los padres noten que su hijo tiene cierto tipo de reacción o de manejo de ansiedad, deben comunicarlo de inmediato a la escuela, para que los maestros estén anuentes a la situación.

También a la inversa. Los maestros tienen que informar a los padres si hay algún tipo de dinámica diferente a la que el niño siempre realiza, es decir, estar siempre enfocados en lo que ocurre, aconseja.

Aunque es difícil que un maestro tenga la atención puesta en un solo estudiante o en todos los que tengan esas dificultades, es por eso que los padres deben “tocar base y acercarse al colegio y conversar con los docentes para saber si algo anda mal”, indica Sasso.

Además, recomienda Sasso, cuando se le hace a los padres una observación con respecto a la disciplina, a las notas o el comportamiento de sus hijos, no deben cerrarse diciendo que le están criticando al niño, pues lo que hace el docente es aportar una visión diferente a favor del estudiante.

“Un trabajo en equipo es lo importante en este tema”, señala Luz María Córdoba, del Meduca.

Córdoba agrega que en el aula de clases la maestra es la que pone las normas en cuanto a la disciplina.

No obstante, si el niño no sigue las indicaciones, el docente debe conversar con el estudiante para saber qué le pasa y para saber cuál es el problema que tiene, dice.

Si el asunto persiste, aconseja, el maestro debe charlar con los padres, para que den mayores detalles de qué podría estar ocurriendo con el chico que no puede seguir instrucciones o no acata las reglas.

Si luego de estas acciones observan que la situación continúa, entonces se determina si el niño tiene o no que ir a un especialista, indica.

Xochitl Mckay añade que los docentes tienen como reto decodificar los paradigmas aprendidos y ofrecer una educación más innovadora a sus alumnos y que a su vez ayude a resolver problemas en sus estudiantes.

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