La última vez que me encontré con el chef Fabrizio Torcivia, él estaba en el New York Steak House del Hotel Veneto, y si bien su desempeño fue bueno, mi apreciación fue bastante parca, debido al ambiente y a los ridículos márgenes de alimentos y bebidas.
Ahora capitanea su propio buque, en el local que ocupara primero "Los Tres Caracoles", luego Macarena. La final, esperamos, es la que coja raíz. No tiene por qué no.
Ubicado en calle primera, la que lleva a la Plaza de Francia, está decorado con toques modernos: Una barra domina una esquina, y la acompaña un lounge de cómodos sofás. De ahí se pasa al comedor, donde comienza la acción.
La carta, misericordiosamente, no es de aquellas de mil páginas: una docena de entrantes, otra de platos fuertes, algo de sopas, ensaladas, pastas y pizzas. Pas mal.
Tras probar el pan calentito y horneado en los predios, comenzamos pidiendo una milanesa de mozarella "con rúcula, tomates secos y tapenade", que estaba deliciosa, si bien trajo albahaca en vez de rúcula y la tapenade no era tal, sino una mayonesa compuesta.
Lo siguiente fue carimañolas rellenas de queso, prosciutto y cilantro, aderezadas con unas cebollas encurtidas que le dieron contrapunto al aceite de la fritanga: muy buenas, innovadoras, pero me hubiera gustado sentirles más el queso y el prosciutto.
En tercer lugar nos comimos un atún sellado con semillas de ajonjolí, perfectamente crudo por dentro (arte que desconocen muchos chefs) y acompañado de una ensaladilla de algas con aderezo de ajonjolí y un levísimo toque de acidez.
De plato fuerte, RdT probó un risotto de tinta de calamar que estuvo absolutamente divino, sencillito pero perfecto, perfecto. Yo me entusiasmé con las chuletas de cordero, ya que recordaba que la vez que las probé en el Steakhouse estaban muy ricas.
Esta vez, las sirvió con una reducción de Malamado (vino tinto dulce, como un Banyuls, pero hecho con Malbec y que funciona muy bien con chocolate) y un purecito (mejor que la porción fue petite, así no estuve muy tentada) de camote con buena textura.
De postre pedimos la tartaleta de manzana, una cosita linda con la costra superior entretejida como los de las abuelitas, que estaba fresquita; además pedimos una pera escalfada en tempranillo (el menor de los males, en estos días de régimen) que vino con un toquecito de canela. Ambos postres trajeron helado de vainilla. Dixit.
FICHA TÉCNICA
• COMIDA: Muy buena
• SERVICIO: Bueno
• AMBIENTE: Agradable
• PRECIO: 25 dólares en adelante
• RECOMENDADOS: ‘Risotto’ de calamar ($12), carimañolas ($5), milanesa de ‘mozzarella’ ($6)
• RELACIÓN COSTO-CALIDAD: Cordero al malamado ($23)
•ACCESO A DISCAPACITADOS: Acera alta
• FUMAR: No
• HORARIO: 12:00 p.m. a 11:00 p.m., de lunes a sábado.
• DIRECCIÓN: Calle 1ª San Felipe
• TELÉFONO: 228-1017
• ACEPTAN: Visa, Master Card y American Express