Algunas parejas toman la decisión de vivir juntos, pero en ocasiones esta situación no significa lo mismo para ellos que para ellas.
Al respecto, una investigación de la Universidad de Michigan, en Estados Unidos, concluyó que vivir en pareja no significa lo mismo para los hombres que para las mujeres; mientras que ellos creen que estar bajo el mismo techo es una “prueba” que determinará la viabilidad de la relación, ellas lo ven como una transición hacia el matrimonio.
Esta investigación, publicada en febrero de este año por la revista Diario de Asuntos Familiares, se basó en entrevistas personales en las que participaron 192 personas de entre 25 y 30 años, con idénticas proporciones de hombres y mujeres.
De la investigación surgieron tres razones clave para vivir juntos: querer pasar más tiempo con la pareja; compartir la carga financiera de la vida y poner a prueba la compatibilidad.
El psicólogo panameño Nefthaly Montenegro señala que los hombres consideran en su mayoría el vivir juntos como una manera de probar si en realidad funciona su relación como pareja, como modo de adquirir una perspectiva, según él, más segura de lo que podría ser esta convivencia.
Es una manera de “ensayo y error” de situaciones cotidianas que pueden tener con su pareja y que busca definir ciertos aspectos específicos en la relación que le permitan corroborar si resisten o no esta prueba de convivencia, añade.
En cuanto a las mujeres, por su mayor grado innato de madurez, buscan en la convivencia el verdadero significado del amor y demostrar a su pareja todo lo que por él siente, esperando esa misma retribución, asegura.
Es decir, para la mujer representa “un gran paso hacia el matrimonio”, al reconocer estilos de vidas y buscar esa unión con su pareja y conexión en el vivir juntos, detalla.
Con Montenegro coincide su colega, la psicóloga Ruth Salazar, quien agrega que en estos casos el objetivo de la mujer, por decirlo así, es que esa relación sea formal y que esa convivencia sea más segura, es decir, “un compromiso más sólido”.
Por otro lado, Montenegro considera que en cuanto al hecho de irse a vivir juntos para compartir los gastos financieros, en estos casos las mujeres de hoy soy independientes en todos los aspectos de su vida y el compartir la carga financiera puede ser un factor, pero no el determinante para vivir juntos.
Salazar comenta que esta situación dependerá de una decisión de ambos y de esta manera se evitarán conflictos posteriores.
Montenegro agrega que debe darse una comunicación entre la pareja, pero de forma honesta, dejando claros los verdaderos principios y razones de la convivencia en pareja, pues el vivir juntos es “un compromiso y no una prueba”.
