Ya nos encontramos en el último tercio del mes de mayo, y para muchos estudiantes está llegando el momento de dejar atrás la etapa escolar y tomar una de las decisiones más importantes de su vida: elegir su carrera.
En esta transición, los padres, piezas fundamentales de formación, guardan un papel importante. “Los padres no están para decidir”, comenta el pedagogo Mario Francisco Bonadíes. “Deben darle a sus hijos apoyo material, elementos de juicio y un marco valórico para que tengan la mayor cantidad de información posible”.
Bonadíes detalla que existen muchas herramientas para que los padres se guíen en cómo ayudar a sus hijos, como los exámenes de aptitud, que “tienden a ser muy aproximados para demostrar las aptitudes del estudiante”. Estos, explica, son invaluables “para el discernimiento que ha de hacerse en torno al estudiante que está por egresar de la educación media y desea proseguir estudios superiores”.
La profesora Nilsa Justavino de López opina que los padres deben permitir que el estudiante se desarrolle conforme a sus capacidades y aptitudes. “Los padres no deben forzar sus sueños y deseos si no va de acorde a su hijo”, indica.
Según ella, “los chicos en general acaban practicando lo mismo que los padres. Son la excepción los que estudian algo distinto”.
Justavino de López indica que los padres deben ser una fuente de apoyo didáctico y moral, no un obstáculo. “Muy a menudo, los padres esperan que al joven mágicamente se le prenda un bombillo y comience a pensar como un adulto, a pesar de que en el fondo siguen siendo un niño”, explica Justavino. “Los padres deben comprender que el proceso al que se enfrentan sus hijos es largo y tedioso, y va más allá de una simple aplicación para su futuro”.
Manuelita de Saint Malo, directora de la Academia Interamericana de Panamá, opina que los padres le hacen “más bulla” al tema de lo que merece. “Los padres no quieren enredarse con el proceso”, apunta Saint Malo, explicando que estos recurren a consejeros independientes para que hagan el trabajo. “Lo más importante que puede tener un estudiante aplicando a la universidad es la carta de recomendación que te escribe el counselor del colegio y dos de sus profesores”. Para Saint Malo, no hace falta que el estudiante vaya recomendado por “medio mundo”.
Según Saint Malo, todos los estudiantes deberían completar este proceso por su cuenta, relegando a los padres a su rol como columna de apoyo.
