Desde la primera obra de Sol Halabi que vio Mirie De La Guardia, “antes de ser Allegro una galería y cuando ella era una recién graduada de la universidad, quedé impresionada con su talento”.
“Me gustó mucho cómo jugaba con materiales no ortodoxos: alquitrán, cera de abeja, arena… Cada obra era un universo. Luego vi sus esculturas, dibujos e instalaciones y quedé todavía más impresionada”, agrega.
Hoy, miércoles, se inicia la quinta muestra de Halabi en Panamá, titulada “Aire”, ocasión que también se aprovecha para celebrar los 26 años de existencia de Allegro y los 10 años que tiene como espacio dedicado a exhibir arte plástico.
Cuando Mirie De La Guardia entra en las muestras, “Halabi fue de los primeros artistas que busqué. Ya la manejaban dos galerías en Argentina, pero perseveré y nos contactamos”.
Desde que vino al istmo en 2007, la creadora y su obra han conquistado a todos. Sol es muy profunda y cálida, y adora Panamá”.
Rememora que Allegro hizo el giro hacia galería con una muestra del maestro nacional Julio Zachrisson en septiembre de 2006. “Sol participó en nuestra primera colectiva de Navidad ese año y su primera individual fue en julio de 2007”.
La mayoría de las más de 20 obras en diversos formatos que integran “Aire” son de 2016. Ha cambiado con el tiempo, “pero su esencia como expresión visual se sostiene. Sus primeras obras eran en colores más oscuros, ocres, marrones, muy fuertes.
Utilizaba elementos en sus texturas. Luego el color se tomó su trabajo. También ciertos símbolos como los pájaros, una bolita verde, pequeños guiños y pistas que nos daba: que se daba”.
Después de un viaje que hizo a Turquía “introdujo el pan de oro: se podía sentir la riqueza del imperio otomano, sus brocados e historia. Si bien el uso de ciertos materiales y hasta el juego de luces y sombras continuó, en su muestra de 2011 sus figuras se percibían en ambientes más cerrados. Era una época personal difícil para ella. Y llega siempre la primavera otra vez: ya para 2013 los colores se hacían más luminosos, los espacios más abiertos”.
Esto es evidente en “Aire”, en la que “las obras sobre tela, las tintas y la instalación nos dejarán ver a una Sol plena, feliz”. “Aire es una celebración, como los 26 años de Allegro: un espacio dedicado a la cultura y a la educación”. En sus 10 años de galerista, aprendió que el arte “es capaz de cambiar vidas, de hacernos mejores personas. Que es universal y no tiene fronteras; que la más de la veces tiene muy poco que ver el ‘mercado del arte’ con la verdadera creación de artistas comprometidos; que no podemos entender al hombre si no nos acercamos a la historia del arte: ese espejo en el que todas las civilizaciones nos han dejado ver quiénes somos”.