“La intención es lo que cuenta”, es un frase que se escucha algo trillada, pero según un nuevo estudio estas palabras cobran relevancia al momento de sentir dolor.
El estudio, publicado en la revista Psychological Science y que fue realizado por un estudiante de psicología de la Universidad de Harvard, observó a 48 personas a quienes se les asignó un compañero al que podían administrar una descarga eléctrica o un sonido.
A pesar de que el voltaje de la descarga fue el mismo para todos, los que sintieron que la descarga fue a propósito dieron un valor mucho más alto al dolor de la descarga, que aquellos que pensaron que la descarga fue sin querer.
El neurólogo Iván Abadía dice que esto se relaciona con el umbral del dolor, es decir: el punto en el que el cuerpo reconoce una sensación como dolorosa. Según Abadía, el umbral puede ser elevado si la persona está esperando el golpe.
Sin embargo, la psicóloga Patricia Bentolila no concuerda con Abadía. Explica que el umbral del dolor es completamente involuntario y de carácter fisiológico, mientras que la percepción del dolor es mental.
“Un paranoico puede tener el mismo umbral de dolor que alguien sano mentalmente”, señala.
Según Bentolila, son los pensamientos negativos ante la vida los que hacen que se sienta más dolor.