POP. Justin Bieber tiene 17 años, es canadiense de nacimiento, tiene a la venta un perfume para chicas (Someday), tiene millones de fans y desde luego también de dólares. Su producción My Worlds The Collection tiene dos discos que resumen sus producciones My World y My World 2.0.
Las letras de Bieber no solo son románticas, el tema Down To Earth, por ejemplo, habla de una experiencia personal con sus padres, quienes en algún momento atravesaron por una crisis como pareja.
Esta es una realidad que la viven otros miles de jóvenes y que seguramente se identifican, por lo que el lado “dulce” de este artista no es el único método de persuasión colectiva. El CD 1 incluye el ya sonado tema Baby, en el que Bieber básicamente se lamenta porque nunca se cumplió el hecho de estar con la chica que se imaginó.
También en este primer disco hay una canción en vivo, Favorite Girl, que refleja un poco de la “fiebre Bieber” con toda la desesperación que se escucha de miles de chicas que a considerar por los gritos, parecen adolescentes.
Esta letra, también para las niñas, es el claro relato de una confesión que se resume en que “tú eres mi chica favorita”. Pray es uno de los temas sociales, reflexiona sobre la muerte de soldados en la guerra, los indigentes, y hace una invitación a la oración sobre este tipo de hechos.
En el segundo disco se repiten algunas canciones con variación en los ritmos y se incluyen First Dance, Common Denominator yNever let you go, entre otros. De modo que la maquinaria pensante tras Bieber ha sabido cómo aprovechar con la música e imagen de este joven, a una gran población con potencial lucrativo.
