El llamado Pacto de la Colina



El próximo 13 de mayo se cumplirán 49 años de haberse sucedido en Panamá una serie de actos protagonizados por ciudadanos pertenecientes al engranaje educativo y al estudiantado, así como por miembros de diversos oficios y estratos sociales, contra las autoridades civiles gubernamentales y policíacas.

Era el año de 1958 cuando se llevó a cabo la presentación pública de una serie de demandas dirigidas a tratar de rectificar situaciones, que infortunadamente siempre han estado presentes a través de la historia de nuestro país: que si defectos o ausencias de construcciones en los colegios, faltas en los nombramientos del personal, carencias en los planes de estudios y otros aspectos relativos más.

Un grupo de esos protestantes se dirigía a la Presidencia de la República para tratar de obtener que sus demandas se oyeran allí. La Policía Nacional impidió todo esto. Hubo un fuerte enfrentamiento, en el cual el joven de 16 años de edad, alumno del Arte y Oficios, y de nombre José Manuel Araúz, falleció.

Hubo además 37 heridos, se acusó de exceso de fuerza a la policía comandada por su 3er jefe, Timoteo Meléndez, al tratar de impedir la marcha que se dirigía hacia el Palacio Presidencial.

Era presidente de la República Ernesto de la Guardia Jr.; el ministro de Gobierno y Justicia era Max Heurtematte; el de Relaciones Exteriores, Aquilino E. Boyd; el de Hacienda y Tesoro, Fernando Eleta; el de Educación, Víctor N. Juliao; el ministro encargado del Ministerio de Obras Públicas era Jorge Ramón Paredes; la del Trabajo, Provisión Social y Salud Pública, Cecilia P. De Remón; el de Agricultura, Comercio e Industrias, Víctor Navas, y el de la Presidencia, Germán López García.

Continuaron entonces las protestas, tanto en la capital como en Colón. Se quemaron o destruyeron vehículos oficiales, privados, motocicletas, patrullas, imprentas y locales comerciales.

Con una rapidez muy sospechosa se anunciaron huelgas y demandas por parte del estudiantado del Instituto Nacional, del Arte y Oficios, Escuela Profesional, Liceo de Señoritas, Instituto Juan Demóstenes Arosemena, Artes Mecánicas, Colegio Félix Olivares, Colegio Secundario de Bocas del Toro, Primer Ciclo de Concepción de Chiriquí, Primer Ciclo de Concepción de Veraguas, Primer Ciclo de Concepción de Aguadulce, de los Colegios José D. Moscote, Abel Bravo y Richard Newman.

A todas estas, ya se habían detenido a varios individuos, que haciendo las veces de francotiradores disparaban indiscriminadamente desde las terrazas de varios edificios contra los indefensos ciudadanos que caminaban por las calles de esta capital.

En la extinta Zona del Canal, las autoridades locales habían encarcelado a personas que intentaban penetrar en ciertas áreas prohibidas.

Se anunciaban más huelgas. La Federación de Estudiantes volvía a declarar que no habría treguas, después de que el gobierno había rechazado otro pliego de peticiones. En Colón, algunos protestantes tiraban piedras contra todo transeúnte o vehículo que intentaba circular. Algunos grupos de obreros apoyaron a los estudiantes.

La Federación de Estudiantes decretó una huelga indefinida. El gobierno Nacional suspendió las garantías ciudadanas. La Asamblea Nacional fue convocada a sesiones extraordinarias.

En fin, posiblemente jamás con anterioridad el país se había visto abocado a una tan peligrosa situación, en la cual se podía haber perdido la estabilidad institucional.

Se nombró por parte del gobierno a un grupo de comisionados para estudiar y aconsejar las medidas necesarias para resolver lo más pronto y en forma democrática, o sea en común acuerdo, tan gravísima situación: el remedio que surgió fue El Pacto de la Colina.

El pacto se firmó en la Rectoría de la Universidad de Panamá, la cual está en la cima de una colina dentro de la institución, de allí el origen de su nombre. En ese tiempo era rector el cirujano Jaime De La Guardia (no era familia del presidente de turno, por si las dudas).

El documento citado presentaba dos aspectos: en uno de ellos se planteaban los problemas a los que el gobierno podía darles una solución inmediata como reparación de edificios, nombramientos de nuevos profesores, etc. La otra parte del pacto tenía un fundamento más legal, el pueblo quería que se hicieran modificaciones relacionadas con el funcionamiento de la Policía y esta parte sí era necesario que fuera a la Asamblea. La nueva ley ya aprobada se publicó en diciembre de 1958.

Era verdad que el proceso educativo panameño se veía urgido de muchas modificaciones que lo hicieran mejorar. Pero tal como el presidente de la Guardia Jr. lo anunció, se habían invertido sumas de dinero muy apreciables para tratar de mejorar la situación. También era verdad que las reacciones de lado y lado no fueron las más adecuadas y que se veían objetivos no muy sanamente dirigidos contra el gobierno y contra la nación.

Muy sospechoso además resultó el haber podido leer en periódicos y desde semanas atrás que se anunciaba que en mayo de 1958 irían a suceder sucesos muy prominentes. Se podía leer por ejemplo que "mayo será un mes cumbre".

Textos: Harry Castro Stanziola Crédito de las fotografías: Ricardo López Arias Comentarios a vivir+@prensa.com

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