Ojos rojos e inflamados y constantes legañas son algunas de las características de la conjuntivitis. Esta inflamación de la conjuntiva –membrana mucosa que recubre el interior de los párpados– puede tener un origen ya sea vírico, bacteriano, químico o por trauma, comenta el oftalmólogo Alfredo Chu.
La conjuntivitis viral es la más común y, como lo sugiere su nombre, es producida por un virus. Sus características son: menos legañas, más dolor y se cura espontáneamente.
La conjuntivitis bacteriana, en tanto, tiene mucha más secreción legañosa, y para su cura es necesario un antibiótico tópico.
También está la conjuntivitis alérgica, que se produce por temporadas y que va normalmente acompañada con rinitis, lagrimeo e hinchazón del ojo, sobre todo del párpado, cita Chu.
Hay otros tipos de conjuntivitis no tan comunes, como la causada por agentes químicos, como los que hay en las piscinas; la del virus gonococo (de la gonorrea), siendo esta una de las más serias, y por último la conjuntivitis neonatal, cuyo peligro es que puede tornarse crónica, asegura Chu. “Esta última es la que presenta una mayor secreción de color verde, los párpados se hinchan y se pegan, y el paciente tiene dolor, trayendo como consecuencia la producción de úlceras que más tarde pueden perforar la córnea y perder la vista”, advierte.

