La publicidad existe desde los principios de la historia escrita y, sin embargo, no es tan fácil como plasmar el endorso de un producto en una valla o en un anuncio.
El éxito de una valla o un anuncio radica en la veracidad del estudio de mercado que se hace previamente, en la creatividad del concepto y en la visión del que lo produce, explica el publicista César Sanjur. “Todo esto dentro de lo que quiere el cliente, claro está”, agrega. “Muchas veces el cliente espera calidad de Hollywood con el mensaje exactamente como él lo presentó, sin tomar en cuenta el presupuesto o lo que le interesa al público”, explica Sanjur.
Es cierto que “no se puede cambiar la realidad del producto para promocionarlo; si tiene aspartame o fenilalanina, tienes que decirlo. La creatividad con la que el publicista le haga llegar ese mensaje al público hará la diferencia”, agrega Sanjur.
Específicamente, para captar la atención del panameño se necesitan palabras clave, colores (el rojo es el que más le llama la atención), fotografías y una geometría adecuada (que tenga los tamaños adecuados para lo que se quiere transmitir), explica Bolívar Núñez, diseñador de In House Arte.
“El panameño siempre mira la foto de primero. Si lograr robar su atención de lo que fuera que estuviese haciendo, sin duda leerá el anuncio entero”, dice Núñez.
Los ingredientes de una buena publicidad no son complicados, agrega Núñez. Solo necesitas un concepto poderoso , un mensaje que le llegue al público y un buen diseño gráfico o producción (en el caso de un anuncio). “El ejemplo más reciente de esto es, sin duda, La muñeca que pasea”, concluye.
El público panameño, concuerdan Núñez y Sanjur, es especialmente conservador, no acepta groserías ni conceptos sexistas o discriminatorios.
