Las principales calles de la ciudad de México se han llenado de diferentes personificaciones de la muerte y varios altares con ofrendas para ella, en vísperas de la tradicional fiesta del Día de los Difuntos, que en el país se celebra llena de dulces, música, alcohol y color.
Esqueletos “pachucos”, vestidos con los exóticos trajes de los inmigrantes mexicanos que en los años de 1940 vivían en Estados Unidos; “Catrinas” representando el lado más femenino y sexy de la dama de la guadaña e, incluso, bailarinas “Santas Muertes” se cruzaron en El Zócalo de la capital mexicana.
“La tradición del Día de Muertos es algo muy bonito aquí en México, donde todos los mexicanos la festejamos con irreverencia e irrespeto porque no debemos tenerle miedo”, explicó a EFE un hombre vestido de la “Catrina”, que lucía traje morado y plumas naranjas.
Una “muerte” más sencilla, ataviada con un tradicional traje mexicano, señaló que la fiesta es un modo de rescatar la cultura de los habitantes del país, y un ejemplo son los altares y ofrendas, donde con figuras prehispánicas y modernas, diversos colores y comida, se le celebra.

