El matrimonio campesino constituye uno de los principales atractivos del Festival Nacional del Manito, que año tras año se celebra en Ocú, provincia de Herrera.
Al igual que años anteriores, la iglesia San Sebastián sirvió de escenario este sábado 18 de agosto para que María Carmelita Marín y Silvino Sánchez, oriundos de Llano Grande de Ocú, unieran sus vidas a la vieja usanza.
Marín y Sánchez aspiraron junto a una decena de parejas ocueñas para ser los protagonistas de esta celebración religiosa y cultural.
La ceremonia religiosa fue presidida por el sacerdote Jhonatan Mendoza, quien durante la homilía exteriorizó su preocupación por la pérdida de los valores, que según indicó están desmembrando a la familia. “Se conservan los tejidos, los tambores, las cuerdas, los cueros, y ¿qué estamos haciendo por la familia?”, anotó el sacerdote.
Aseguró que el manito ocueño es mucho más que ropa, y alegó que "si no hacemos algo por los valores, podemos perder la sociedad”.
El sacerdote católico recordó a sus feligreses que el manito es extender la mano y, “estamos cerrando el puño, y eso no se puede permitir”.
El término “manito” es el resultado del respetuoso trato familiar con que se saludaban los residentes de Ocú, quienes popularizaron con su saludo “ta las manitos”, tal vez queriendo decir ¿qué tal hermanito? o ¿cómo estás hermano?
Una vez concluida la ceremonia religiosa, la pareja se movilizó a caballo hasta la Feria de San Sebastián; allí disfrutó de la celebración.
La cuadragésimo séptima versión el Festival Nacional de Manito concluye este domingo 19 de agosto con el desfile folclórico en que delegaciones de todas las comunidades ocueñas se dan cita.