SOCIEDAD. Francisco se ríe tapándose la boca, como si le diera pena. Su vocabulario incluye modismos mexicanos. Quiere tener una casa club, un dispositivo para comunicarse intergalácticamente y su mayor anhelo es ser astronauta.¿De dónde sacaba Francisco, de cinco años, estas cosas? me preguntaba una y otra vez. Y la respuesta me llegó cuando lo vi interactuar con sus amigos: todos son iguales. Y todo lo imitan de los personajes de la televisión.
INOCENCIA. Como los amigos de Clifford, el perro gigante, tienen una casa-club, él también quiere tener su casa del árbol. Sabrina, la bruja adolescente, se ríe tapándose la boca. Y los Power Rangers del espacio (SPD, la nueva versión) se comunican mediante relojes que hablan. Caso resuelto.
INFLUENCIA. ¿Cuánto imitan los niños a esta edad? Mucho. Todo. Todo lo ven, lo captan. Tienen unas orejas y ojos que les sirven de radares. Y es como una marejada: si uno lo hace, y es lo que está de moda, todos lo hacen. Es lo normal. Recientemente fui a un cumpleaños donde sólo había niños y niñas entre 5 y 7 años, y me asombró el vocabulario de éstos. Utilizaban –y entendían a su manera— conceptos avanzados y no de moda; ‘guerra fría’, plantas comehumanos y los cohetes con hidrógeno y nitrógeno (o algo así) para moverse.
ÉPOCAS. En mi época, ni Tom y Jerry ni el Correcaminos hablaban, y Los Picapiedra sólo se "metían en aprietos". Ahora Jimmy Neutrón y Dexter son niños genio, y sus inventos salpican en las mentes de nuestros hijos.Los niños quieren sentirse parte de un grupo, quieren ser aceptados. Por eso estamos ante una generación que habla como en las cómicas.