La obesidad es considerada como una de las grandes pandemias de la actualidad por la Organización Mundial de la Salud. Se estima que alrededor de 400 millones de adultos –9.8% de la población mundial– son obesos.
Es por eso que resulta tan asombrosa una investigación publicada recientemente por el Journal of the American College of Cardiology, en la que se afirma que los pacientes obesos tienen una menor tasa de mortalidad frente a las complicaciones cardiovasculares.
Carl Lavie, director del centro médico Ochsner (Luisiana), indicó a Efe que “los pacientes obesos que sufren de males cardíacos responden mejor al tratamiento y, paradójicamente, tienen mejor supervivencia que los más delgados”. Según él, la obesidad podría ser un factor defensivo porque los pacientes adelgazan cuando enferman, y los obesos tienen más reservas y soportan más la enfermedad.
La opinión del cardiólogo Baldomero González es diferente. Según él, esta investigación posee “una población muy especial, de pacientes con insuficiencia cardiaca”. Afirma que a estas personas aún “el padecimiento no los ha afectado en gran medida”. González dice que los pacientes con insuficiencia cardiaca avanzada tienen la presión arterial sistólica baja y presentan síntomas de caquexia –desnutrición, atrofia muscular, fatiga, debilidad y anorexia– a nivel cardiaco.
Por esto, “los pacientes que aún conservan presión arterial y peso es porque la enfermedad no es tan severa o no ha evolucionado”, dice.
Para el cardiólogo Jorge Motta, “de manera no científica podríamos decir que esta investigación sufre de lo que se le llama en francés un trompe-l’oeil, o un error aparentemente cierto, a nivel estadístico”. Motta indica que debe haber una variable que no se tomó en cuenta para que se diera ese resultado.
Sostiene que “esta investigación manda un mensaje errado a la población sobre la obesidad y sus peligros”.