En la ciudad de Panamá llovía, a cántaros. Tras una hora y media en un bus de la ruta Panamá - Antón, pedimos la parada en la entrada de Farallón, localizada después de Santa Clara y antes de Río Hato. La lluvia se intensificó, calmándose un poco para permitirnos cruzar la Interamericana y albergarnos en una parada repleta de gente.
La espera fue larga. Los buses que entraban no te llevaban si no ibas para el Decameron. Pasada una hora, nos recogió un busito de la ruta Farallón - Penonomé y en 15 minutos llegamos a nuestro destino, un lugar llamado Pipa's Bar, con tres cabañas, a unos minutos después del "todo incluido".
La lluvia pasó a llovizna. Mientras entraba la noche, entre cocteles y cervezas, disfrutamos de una corvina frita entera hecha por un chef bocatoreño.
La encargada del lugar era una colombo-gringa-panameña conversadora. La cabaña era mínima, como su costo, pero acogedora, con aire acondicionado y baño compartido. A las 5:30 a.m., los rayos del sol ya intentaban salir, pero una inmensa nube, negra y feroz, cruzaba el horizonte arrastrando una gran cortina de lluvia, acompañada de esporádicas trombas marinas.
Para recorrer Farallón
HOSPEDAJE - No en Farallón, pero sí en Santa Clara (a unos 10 minutos en auto) están las cabañas Las Sirenas (Tel. 993 3235) y Las Veraneras (993-3313).Relatos de viajeros en playa Farallón se pueden leer en la página de internet de Almanaque Azul www.almanaqueazul.org/playa-blanca/
PREVISIONES - En Farallón se puede comprar lo básico en la tiendita del lugar: pasta de dientes o jabón. Otros implementos debe llevarlos.Para controlar el terror de las playas panameñas, las picadas de las chitras, lo más eficaz y económico es untarse aceite de bebé o de coco en la piel.
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