El nadador estadounidense Ryan Lochte fue acusado del "delito de falsa comunicación de crimen" por la policía de Río de Janeiro tras su testimonio engañoso sobre un asalto a punta de pistola que dijo haber sufrido durante los Juegos Olímpicos.
"Las investigaciones fueron concluidas este jueves, día 25 de agosto", informó en un comunicado la policía de Río, que sugirió igualmente a la Justicia que expida una carta rogatoria para que el deportista sea notificado en Estados Unidos.
De la misma forma, las autoridades afirmaron que enviarían una copia de los autos a la Comisión de Ética del Comité Olímpico Internacional (COI), que ya había anunciado que investigaría el caso.
Horas antes, el sitio de información G1 adelantó que la fiscalía de Río llamará a declarar nuevamente al multimedallista olímpico sobre los hechos ocurridos en la madrugada del 14 de agosto.
"Una vez citado, comparezca o no a la audiencia, la pena es la misma: uno a seis meses de prisión. Si es citado y no comparece en la audiencia, el proceso sigue sin la presencia del acusado hasta la sentencia final", indicó el comisario Clemente Braune, de la división de Turismo de la Policía Civil de Río.
La unidad entregará ahora la investigación sobre el "Lochtegate" a la fiscalía, que por su parte citará al nadador, que no puede declarar en Estados Unidos, sino en Brasil, indicó G1.
"No hay ninguna pena por no comparecer, pero sí un prejuicio procesal porque la acción sigue sin su presencia", añadió Braune.
Estados Unidos y Brasil tienen un tratado de extradición que data de la década de 1960, pero Brasil tiene un largo historial de no extraditar a sus ciudadanos a otro país, y las autoridades estadounidenses podrían adoptar la misma postura en caso de que Lochte sea encontrado culpable.
Es ese el caso actual del presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, Marco Polo del Nero, quien enfrenta cargos en el extenso escándalo que rodea a la Federación Internacional de Fútbol.
Del Nero no ha viajado fuera de Brasil por más de un año, para evitar su arresto a manos de las autoridades estadounidenses en otro lugar.
Los cargos en Brasil generan dudas sobre el futuro de Lochte, quien planea tomarse un tiempo fuera de las competencias, pero quiere volver a participar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Lochte, de 32 años, denunció haber sido asaltado a punta de revólver en Río junto a otros tres nadadores estadounidenses, después de competir en los Juegos Olímpicos, aunque después admitió que la historia era falsa y que en realidad destrozó un baño y orinó en las paredes junto a sus compañeros en estado de ebriedad.
El incidente provocó una fuerte indignación en plenos Juegos y preocupó a las autoridades en esta ciudad conocida por sus elevados niveles de criminalidad.
Pese a que ya se disculpó públicamente, Speedo USA y Ralph Lauren anunciaron el lunes que ya no patrocinarán a Lochte, poseedor de 12 medallas olímpicas.