El fútbol, como el deporte más popular del mundo, es capaz de otorgar experiencias únicas e imágenes sin igual.
Concentrar a 80 mil personas cada fin de semana en sitios como Buenos Aires, Madrid, Barcelona, Manchester o Múnich parece no tener nada de extraordinario para el balompié.
Sin embargo, el fútbol en instancias decisivas lleva ya varios años con episodios bochornosos debido a problemas en la organización en materia de seguridad y el comportamiento irracional de algunos aficionados que no logran comprar entradas, aunque tengan cantidades exorbitantes de boletos disponibles.
Las finales inseguras del fútbol se han vuelto un fenómeno creciente y en poco más de un lustro ya se acumulan cinco graves momentos.
El superclásico sale de Buenos Aires a Madrid
El 24 de noviembre de 2018, Buenos Aires fue testigo de uno de los episodios más caóticos en la historia del fútbol sudamericano. La final de la Copa Libertadores entre Boca Juniors y River Plate debía ser un espectáculo histórico. Sin embargo, el partido de vuelta en el Estadio Monumental se vio empañado por una serie de incidentes violentos.
#TNTSports | Así agredieron al micro de #Boca al llegar al Monumental pic.twitter.com/8g72Io3IwX
— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) November 24, 2018
Aficionados del cuadro millonario atacaron el autobús que transportaba a los jugadores xeneizes al estadio, lanzando piedras y gases lacrimógenos, lo que resultó en varios jugadores heridos.
Este incidente forzó la suspensión del partido y, finalmente, la Conmebol decidió trasladar la final a Madrid, España, una medida sin precedentes en la historia del torneo. Desde entonces ya no se juegan las finales a ida y vuelta, sino que se optó por un partido único en una sede anunciada antes del inicio de la competición. La fórmula también se ejecuta en la Copa Sudamericana.
El caos de Wembley
Uno de los principales responsables de la seguridad de la final de la Euro 2020, disputada a mediados del 2021 debido a la pandemia del COVID-19, reveló -en un documental de Netflix- que lo mejor que pudo ocurrir aquella tarde dominical fue que Inglaterra perdiera, luego de horas de mucha tensión en la catedral del fútbol inglés.
Wembley rn pic.twitter.com/3lXRRvG7d0
— Rave Footage (@RaveFootage) July 11, 2021
We witnessed this and I stepped away just in time. If this is even crossing your mind, don’t. You don’t get far. Please don’t ruin it for everyone at Wembley. pic.twitter.com/CoNx4U4CHb
— Michelle Owen (@MichelleOwen7) July 11, 2021
Miles de aficionados sin entradas lograron forzar su entrada al estadio de Wembley, creando un ambiente de caos y peligro.
La situación se agravó con el comportamiento violento de algunos aficionados, que resultó en enfrentamientos con la policía y otros espectadores. Las imágenes de familias y aficionados siendo empujados y golpeados por la multitud resaltaron la falta de preparación de las autoridades y organizadores para manejar una multitud tan grande y emocionalmente cargada. Italia venció en los penales a Inglaterra y el público desalojó el estadio y los alrededores como si nada.
Otra vez París
El Stade de France, en el barrio de Saint Denis, que ya vivió un trágico episodio en noviembre de 2015 con el atentado terrorista, justo a la hora de un partido de la selección francesa, acogió en mayo de 2022 la final de la Champions League entre el Liverpool FC y el Real Madrid.
El coliseo parisino fue escogido por la UEFA en reemplazo del estadio del Zenit de San Petersburgo. Cuatro meses antes se inició la guerra en Ucrania y el deporte ruso sufrió las consecuencias de aquel movimiento militar.
Police here have tear-gassed fans outside Stade de France who have spent more than 90 minutes trying to enter. These are fans with tickets but because of a system failure have been unable to enter. Nasty scenes. pic.twitter.com/Bqx2JrUVAj
— tariq panja (@tariqpanja) May 28, 2022
Este partido, que debería haber sido una celebración del fútbol europeo, se vio empañado por serios problemas de seguridad. Aficionados del Liverpool denunciaron ser víctimas de robos y asaltos mientras intentaban acceder al estadio, y muchos se encontraron atrapados en filas largas y desorganizadas.
⚽️ | AHORA: Stade de France: pic.twitter.com/piGGDYSle3
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) May 28, 2022
La situación se volvió crítica cuando la policía francesa utilizó gases lacrimógenos para controlar a la multitud, incluyendo a mujeres y niños. Los incidentes en París subrayaron la necesidad de una mejor coordinación y planificación para eventos de esta envergadura.
Charlotte y Miami
En cuestión de días, la Copa América 2024 evidenció que si no se toman las precauciones, las consecuencias son graves.
La semifinal entre Uruguay y Colombia en Charlotte, Carolina del Norte, acabó en un momento vergonzoso cuando el delantero uruguayo Darwin Núñez, en defensa de su familia, se vio involucrado en una riña con aficionados colombianos en la gradería del Bank of America Stadium.
La organización del evento vende las entradas sin importar si eres simpatizante de uno u otro equipo, y peor aún, ubican a familiares de los protagonistas con aficionados que adquieren sus entradas.
El pasado domingo, argentinos y colombianos desafiaron las endebles medidas de seguridad en el Hard Rock Stadium en Miami, Florida.
Se saltaron cercas, entraron por ductos de aire acondicionado y hasta destruyeron escaleras eléctricas motivados por ver un evento deportivo. La notable falta de criterio y razón de los fanáticos de los eventos descritos confirman que la pasión del fútbol hace rato se desbordó.
El Mundial a la vuelta de la esquina
La FIFA no ha confirmado si será Nueva York, Los Ángeles, Dallas u otra ciudad la que reciba la final de la Copa Mundial del 2026.
Lo cierto es que, sin importar la sede, se deben tomar medidas para desarrollar una mejor organización.
La FIFA, en las últimas ediciones de los mundiales, ha llevado a que los fans carguen consigo una identificación que solo pueden obtener luego de un detallado proceso de inscripción tras adquirir entradas para al menos uno de los partidos.
En Catar 2022, el primer anillo de seguridad del evento estuvo a varios cientos de metros de distancia del estadio en sí. Los controles de seguridad son exhaustivos y las sanciones previamente anunciadas eran graves para los que se atrevieran a incurrir en actos indebidos.