El boxeo es uno de los deportes que más interés despierta en la población panameña, después del fútbol. Atheyna Bylon, la atleta olímpica, es inspiración para que niños, jóvenes y adultos incursionen en este deporte que puede ser practicado incluso como un hobby.
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Harvard publicado en el 2021, el boxeo mejora la salud cardiovascular, aumenta la resistencia, fortalece los músculos y ayuda a liberar endorfinas, sustancias químicas producidas por el cerebro y el sistema nervioso, que regulan el bienestar emocional y físico.
Esta liberación no solo mejora el estado de ánimo, sino que también induce una sensación de calma y relajación post-entrenamiento.
Durante una sesión de entrenamiento de 45 minutos, se pueden quemar hasta 500 calorías activando los músculos de los brazos, las piernas, los glúteos, los muslos y los abdominales, lo que lo convierte en una actividad que involucra todo el cuerpo.
Debido a la exigencia del deporte, el sistema cardiorrespiratorio se beneficia de la combinación de esfuerzos aeróbicos y anaeróbicos debido a la cantidad y coordinación de los movimientos y gestos atléticos.

Pero los beneficios van más allá del aspecto físico. Lejos de ser solo un medio para desarrollar habilidades físicas y defenderse, el boxeo ofrece una serie de beneficios a la salud y la convivencia.
Otra investigación, en esta ocasión de la Universidad Edith Cowan (ECU), en Australia, ha demostrado que practicar este deporte, sin oponente, podría mejorar la calidad de vida de las personas que padecen Parkinson.
Tras un programa de 15 semanas, 9 de los 10 participantes mejoraron su puntuación en la Escala Unificada de Calificación de la Enfermedad de Parkinson, una herramienta utilizada para medir la progresión y gravedad de la patología, al reducirse la fatiga y la mejora en el sueño.
El doctor Travis Cruickshank, del Centro de Salud de Precisión de la ECU, afirmó también que al realizar esta actividad en grupo, se estimulaba la parte cognitiva de los pacientes con Parkinson y mejoraban su socialización.
La disciplina necesaria para entrenar regularmente, seguir instrucciones, y controlar la agresividad dentro del ring, se traduce en una mejor autorregulación en otros aspectos de la vida. Los boxeadores aprenden a mantener la calma bajo presión y a tomar decisiones rápidas y eficaces, habilidades que son útiles tanto dentro como fuera del ring.