La reinauguración del estadio Juan Demóstenes Arosemena no solo representa la recuperación de una instalación para el béisbol, sino que se le da vida a una parte importante de la historia de nuestro país.
Es que este coliseo guarda en cada uno de sus rincones momentos únicos en los anales del deporte panameño, desde su fundación en 1938 por los IV Juegos Centroamericanos y del Caribe.
En ese diamante pasaron los Dodgers de Brooklyn, los Yankees de Joe DiMaggio, la novena de Montreal, sucursal triple A de los Dodgers, que tenía en su roster a Jackie Robinson o los Piratas de Pittsbrugh de Roberto Clemente. Tampoco podemos olvidar a los panameños Humberto Robinson y Héctor López.
“Es un estadio que me trae muchos recuerdos, porque muchos comenzamos ahí. Se vivía la exigencia de los entrenamientos, eso me hizo mejorar. Son recuerdos buenos. Ese estadio lo necesitábamos, se puede decir que es el templo del béisbol panameño”, dijo Rubén Rivera, quien jugó nueve campañas en las Mayores y es una leyenda en la pelota mexicana.
“Por ahí pasamos todos, inclusive generaciones antes que la mía. En ese estadio hay mucha historia de excelencia. No hay duda que representa mucho, pero no solo para el béisbol, porque también se hacía atletismo y otros deportes”, agregó.
Rivera no se equivoca en este punto, ya que el boxeador Ismael Laguna venció allí al venezolano Carlos Hernández, el 19 de febrero de 1966.
“En mi época, entrabas al estadio y te encontrabas a todos los grandes ligas entrenando ahí. Este estadio fue muy valioso para mi carrera”, manifestó.
Hogar
Por su parte, el exbeisbolista y entrenador Martín Crespo considera a este coliseo su segundo hogar, en el que vivió momentos inolvidables.
“Hablar del Juan Demóstenes es una mezcla de sentimientos. Te puedo decir que como atleta llegué a los 14 años con (Fermín) Chompipa Castañeda, quien también me guío en la dirección técnica”, dijo Crespo, quien recordó el campeonato que logró con Panamá Metro en la categoría juvenil en 1995.
“En ese estadio también me nutrí de los conocimientos que tenían Fernando Mamavila Osorio, Marcos Cobos, Gil Gonzalo Garrido, Carlos Chico Heron, Leonardo Martínez Ferguson y Don Roy Blake. Allí hay mucha historia, que se podía sentir solo con entrar. Te puedo decir que esta es mi segunda casa, cuando entre vendrán lindos recuerdos”, agregó.
La reconstrucción del Juan Demóstenes Arosemena tuvo un costo de 17.6 millones de dólares, tiene la capacidad para recibir 7,643 aficionados sentados en butacas y el campo cumple con las exigencias internacionales. Además, tiene un palco presidencial, palcos VIP, salón para conferencias de prensa, 197 estacionamientos, dormitorios nuevos, vestidores, baños, jaulas de bateo y oficinas administrativas, moderno tablero electrónico y luminarias.
“Crecí en ese estadio, en la parte de pequeñas ligas. Tuve la oportunidad de jugar ahí y siempre soñé jugar ahí. Estoy contento que se haya recuperado ese estadio, en el que podremos entrenar”, finalizó Jaime Barría, quien esta temporada jugará con los Guardianes de Cleveland en las Grandes Ligas.
