El Real Madrid volvió a revivir en el Santiago Bernabéu la magia de sus grandes noches europeas con un Karim Benzema estelar liderando una remontada épica ante el PSG para meter a los merengues en cuartos de final de la Champions.
Con el resultado de la ida en contra (1-0) y por detrás en el marcador tras el gol de Kylian Mbappé (39), todo parecía a favor del PSG, pero el primer gol de Benzema marcó el inicio de la debacle del equipo parisino.
En apenas 20 minutos, el delantero francés del Real Madrid anotó un triplete (62, 76, 78) para hundir al PSG, que, dueño del partido hasta ese momento, no supo reponerse del mazazo anímico que supuso el primer tanto merengue.
“El estado emocional ha cambiado (tras el gol), no hemos gestionado bien las emociones y hemos estado demasiado expuestos”, reconoció el técnico Mauricio Pochettino, quejándose del arbitraje y de una falta sobre Donnarumma en el primer gol del conjunto blanco.
“Es una sensación de mucha injusticia”, añadió el entrenador argentino, tras un partido en el que el Real Madrid impuso su historia y fortaleza mental.
‘Remontada de leyenda’
“¡¡¡Esto es el Madrid!!!”, titula este jueves en primera el diario Marca, que alude a “otra remontada para la leyenda”, mientras para su competidor As, “el Madrid es otro mundo”.
El equipo blanco, impulsado por su público, voló en la segunda parte tras resistir en la primera para ofrecer una remontada que recordó a la de las grandes noches europeas de los años 1980 como la victoria 5-1 sobre el Inter de Milán tras el 3-1 en contra de la ida en la semifinal de la Copa de la UEFA en 1985.
“Es la magia de un estadio que tiene una historia fantástica, es una noche especial, espectacular, he jugado muchos partidos de Champions como entrenador y no es fácil vivir una noche así”, afirmaba el técnico merengue, Carlos Ancelotti, todo sonrisas.
El entrenador italiano del Real Madrid borró de golpe todas las dudas sobre su trabajo y las trasladó al vestuario del PSG, que sufrió un nuevo varapalo en su aspiración de ganar la Champions.
Reforzado en el verano con Leo Messi, que el miércoles solo mostró destellos de su calidad, o Sergio Ramos, prácticamente inédito por las lesiones esta temporada, el equipo francés y su colección de estrellas siguen sin alcanzar su ansiada Orejona.