En la hexagonal de 2013 clasificatoria para el Mundial de Brasil, Panamá fue el único de los cinco países que perdió (2-1) con México en el Azteca. Jamaica, Estados Unidos y Costa Rica le empataron sin goles, mientras que Honduras la derrotó (2-1) en una de las peores versiones que hayamos visto del Tri en el coloso de Santa Úrsula.
Seis años después Panamá vuelve a perder por quinta vez en el Azteca, en esta ocasión en una Liga de Naciones que para los mexicanos representa un retroceso. Debe ser que por eso el técnico Gerardo Martino convocó a un equipo joven sin la calidad de otras selecciones mexicanas, en el que incluyó algunos europeos, pero con la base de jugadores de la liga local. Américo Gallego también hizo lo propio con algunos jóvenes, en lo que era un pulso entre más juventud que veteranía, pero aún así se volvió a perder ante un rival superior, por mucho de que aquí se hable de que casi casi, de que se tuvo para ganar y otras yerbas aromáticas que siempre se repiten en estas mismas instancias.
México fue un digno ganador sin haberse empleado a fondo como había sido lo habitual con otras selecciones a las que se enfrentó en el pasado. Panamá, por su parte, fue una selección muy discreta en comparación a las dos anteriores que enfrentaron a los mariachis en el Azteca.
Hasta antes de clasificar al mundial a Rusia, la afición le daba palo a los veteranos de la selección, pedían que le dieran oportunidad a los más jóvenes porque con ellos la selección iba a ser rápida. No es tan fácil como se piensa, el martes los jóvenes no respondieron del todo ante una linda oportunidad que se le presentaba en la vida. Lo mismo que pasó con las selecciones de 2013 o 2017, esta de 2019 desaprovechó las pocas ocasiones que se le presentaron. Viejos o jóvenes, todos parecieran tener el mismo ADN cuando se juega en el Azteca.
Esta nueva derrota le impide a Panamá sumar en el ránking de FIFA, para soñar con ubicarse de aquí a junio entre los primeros seis de la hexagonal.
Lo de México en el Azteca estaba en la agenda de muchos, incluyendo la mía. Sin embargo es una realidad que la llegada de Américo Gallego tampoco es una garantía para estar entre los seis primeros, él está comenzando con un proceso y no tiene la varita mágica para que este nuevo grupo de jugadores consigan de la noche a la mañana todo lo que dejó el último proceso que tuvieron Julio Dely y el Bolillo Gómez. Desde este punto de vista hay que ver a la selección nacional, tenemos que ser coherentes con lo que vimos el martes, para darnos cuenta que los más pelados todavía no van a cambiar el panorama, al menos en este inicio, y que a algunos veteranos tampoco se los vio en su ritmo habitual.
Soy uno de los tantos convencidos que el camino a la hexagonal está difícil para Panamá, pero igual pienso que tampoco es culpa del Gallego. Me parece que parte de esto que pasa es un arrastre por no haberse metido de lleno con la selección después del Mundial de Rusia, la Fepafut dejó enfriar el entusiasmo y dio muchas largas con lo de un técnico para el equipo.
Hoy el entrenador argentino, que llegó sin conocer el entorno panameño, lo está conociendo apenas y entre sus aciertos y defectos le aplaudo que le haya dado la oportunidad a jugadores jóvenes, para que se de ese cambio generacional del que tanto hablamos. Muy fácil era haber llamado a los de siempre para este compromiso en el Azteca, pero echó mano de jugadores sin experiencia con la selección en un partido del que se señala que es para los llamados veteranos. Haberles dado la oportunidad de jugar en el Azteca a mi en lo personal me dice que con asesoría y su propio criterio, el Tolo está comenzando a cambiar el entorno de una selección. Que por el momento no le esté funcionando, es parte de ese cambio que se da cuando comienzan a entrar nuevos jugadores.
Algunos no van a olvidar el haber jugado por primera vez en ese monumento de estadio como el Azteca, creo que les va a servir en sus vidas, porque a pesar de haber perdido en un estadio semivacio y ante un rival sin el acostumbrado plantel de foráneos, se hizo lo que se pudo, se desequilibró cuando tuvieron la oportunidad y en buena parte nunca se arrugaron. El mito de la altura pasó a un segundo plano, porque se terminó el partido encimando al de casa.
Jugadores como Botello, Carrasquilla y Ayarza, que son los más nuevos en el equipo, no se acomplejaron de jugar el en el Azteca. Igual tendrán que madurar en la selección junto a otros jóvenes que ya han sido habituales en el equipo como Bárcenas, el Puma Rodríguez, Escobar, Ariano y Palacios. Junto a los más experimentados, este grupo y otros que fueron convocados ante México, pero que no jugaron, tendrán que cambiar la historia en este nuevo proceso, que para nada tiene que ver con el pasado.
La eliminatoria todavía no ha comenzado. Y el hecho de que Panamá haya clasificado al último mundial, tampoco es garantía como para afirmar que porque ya se fue a Rusia se tiene que ir a Catar. Nos vendamos falsas esperanzas. Ningún país que clasificó a un mundial tiene boleto asegurado para repetir en el siguiente. Jamás. La clasificación hay que ganársela a pulso con hexagonal o sin hexagonal.
Hoy se han jugado tres partidos de este nuevo proceso, que tendrá que tener algo de forma en un año para lo que siga: la hexagonal o la otra eliminatoria que será paralela.