Óscar McFarlane, conocido popularmente como “La Bruja”, vuelve a enfrentarse a la justicia, esta vez en el marco de un caso relacionado con los presuntos amaño de partidos en la Liga Panameña de Fútbol (LPF) y la Liga Prom.
McFarlane, quien irrumpió en el fútbol nacional a finales de la década de 1990, fue llevado ante un juez de Garantías en el Sistema Penal Acusatorio (SPA) para una audiencia de imputación de cargos por delitos financieros y contra el orden económico.
Este proceso legal no es el primero en la vida de McFarlane, quien, a lo largo de su carrera, ha enfrentado varios episodios judiciales. Nacido en 1980, McFarlane comenzó su carrera en el fútbol panameño siendo un adolescente. A pesar de su baja estatura, se destacó rápidamente por su habilidad bajo los tres palos, logrando su primer gran éxito en enero de 2001, al conquistar el campeonato con el Panamá Viejo FC en la entonces llamada Anaprof, ahora LPF.
Ese mismo año, hizo su debut con la Selección Nacional y fue el portero titular de la Sub-21, que participó en los VII Juegos Deportivos Centroamericanos en Guatemala, bajo la dirección técnica de Gary Stempel.
Stempel, quien fue su técnico tanto en Panamá Viejo como en la Sub-21, fue una de las primeras voces en señalar públicamente los supuestos amaños de partidos en la LPF cuando se iniciaron las investigaciones hace un año.
Ahora, McFarlane se encuentra en el centro de una investigación derivada de la Operación Garra, un operativo en el que fue uno de los tres aprehendidos este miércoles 3 de septiembre.
A lo largo de su carrera, McFarlane vistió las camisetas de 10 clubes en la primera división, entre ellos Ejecutivo Jrs., Plaza Amador, Tauro FC, Sporting San Miguelito, Chorrillo FC, Río Abajo FC, San Francisco FC, Santa Gema FC y Universitario.
En la Liga Nacional de Ascenso, ahora conocida como Liga Prom, jugó con el CAI de La Chorrera, SD Panamá Oeste y, más recientemente, con Unión Coclé.
Con el Tauro FC, ganó cuatro títulos de LPF, además de haber conquistado uno con Panamá Viejo. Su único subcampeonato fue con Río Abajo en el Clausura 2014.
No obstante, los problemas disciplinarios marcaron su carrera, aunque se le reconocía por su capacidad de salto, destacadas atajadas y un excelente juego de pies.
En abril del 2008 fue investigado por dos detonaciones con arma de fuego Villa Guadalupe, San Miguelito. Se trataba de un revólver calibre 357 a nombre de una mujer.
Al año siguiente emigró a Perú para jugar con el CNI y su nombre hizo eco en medios de comunicación por incurrir en una falta al reglamento interno de su club.
En noviembre del 2012, fue absuelto tras año y medio de una larga investigación por el homicidio de Sherman Babb Garden en Paraíso, San Miguelito, un caso que incluyó varios meses en prisión preventiva.
McFarlane fue señalado por testigos como la persona que presuntamente disparó el arma en medio de una pelea durante las fiestas del Carnaval del 2011.
A finales de abril del 2015 se dio cita en la Corregiduría de Betania, luego de ser arrestado por un incidente con su esposa. Al sitio se presentó Santiago Barraza, quien era el presidente del San Francisco FC. El caso terminó con el pago de una fianza.
En otro incidente judicial, McFarlane fue aprehendido en la mañana del 1 de enero de 2019 en el sector de El Crisol por miembros de la Policía Nacional, quienes, al revisar su vehículo, encontraron un revólver calibre 38 con seis municiones. En esa ocasión, la fiscal Digna Castillo solicitó una condena de ocho años de prisión por el supuesto delito de posesión ilícita de arma de fuego. Acabó absuelto.
A pesar de este revés, La Bruja volvió a las canchas con el Club Deportivo Universitario en el Apertura 2020 de la LPF, tras un año fuera de actividad.
Ahora, McFarlane es el nombre más sonado en la investigación por amaños de partidos de fútbol en la LPF y Liga Prom.
Este martes, el fiscal Emeldo Márquez, en representación de la Fiscalía Primera contra la Delincuencia Organizada, explicó que los involucrados podrían recibir una condena de 2 a 4 años de prisión.
Márquez detalló que se pagaban entre 1,500 y 4,500 dólares a los futbolistas para influir en los resultados de los partidos.
La investigación se inició cuando la Federación Panameña de Fútbol (Fepafut) reportó en 2023 irregularidades en varios encuentros de la Liga Panameña de Fútbol (LPF) y la Liga Prom.
