Murga, fiesta y pasión: Las semifinales del juvenil se toman el país. Metro, Chiriquí, Coclé y Herrera mantienen vivo el deseo de levantar el trofeo. Pero hoy hablemos de un tema que ha generado controversia: la presencia de jugadores mayores de edad en el Béisbol Juvenil.
Desde el 2023, la Federación Panameña de Béisbol (Fedebeis) aprobó la inclusión de jugadores refuerzos para las 12 provincias. Esta decisión ha tenido un impacto significativo en un torneo que, en este cuarto de siglo, se ha convertido en el más popular de la pelota panameña. La pasión de los aficionados, el fervor regionalista y el apoyo familiar han sido clave en el auge del béisbol juvenil, generando estadios repletos y un seguimiento mediático envidiable para otros deportes en Panamá.
Sin embargo, hablemos de lo estrictamente deportivo. Para la temporada 2025 y la próxima en 2026, se aprobó el uso de cuatro peloteros refuerzos por equipo: dos lanzadores y dos jugadores de cuadro entre 19 y 20 años. Esto significa que 88 jugadores mayores de edad están participando en un torneo históricamente reservado para peloteros entre 15 y 18 años.
El problema es evidente: estos refuerzos le restan oportunidades a los jóvenes talentos que buscan impresionar a scouts con miras a una firma profesional. Además, afecta el desarrollo de lanzadores sub-18 elegibles para la selección nacional de la categoría. Recordemos que Panamá ha participado en los últimos tres Mundiales organizados por la WBSC, torneos en los que compiten solo las 12 mejores selecciones del mundo. La presencia de lanzadores mayores que acaparan episodios de labor puede perjudicar el crecimiento de los brazos juveniles con proyección internacional.
A nivel local, esta regla también atenta contra los récords históricos del torneo, que se juega desde 1962. No se trata de restarle mérito a figuras como el coclesano Luis Escudero, quien logró la triple corona ofensiva del 2025 y es inminente candidato a Jugador Más Valioso. Pero también es cierto que hablamos de un pelotero de 19 años compitiendo contra menores.
Si Fedebeis ya apostó por la creación de un torneo sub-23, ¿podría ser esta la verdadera solución para el desarrollo de los peloteros mayores de 18 años? El béisbol juvenil es un semillero y debe seguir siéndolo. Es hora de analizar si estas modificaciones benefician o perjudican el verdadero propósito del campeonato.