Raiza Gutiérrez, ex jugadora nacional de Panamá y actual asistente técnica de la selección absoluta que competirá en el Mundial femenino de Australia-Nueva Zelanda, asegura que el camino hasta ahí no fue fácil, en un país donde las jugadoras y sus familiares siguen luchando contra estigmas sexistas que alejan a las niñas del deporte, perdiendo así a posibles estrellas del balón.
“En Panamá todavía hay ese machismo que dice que el fútbol es para los hombres. Lastimosamente todavía vivimos en un país que si eres futbolista... eres lesbiana y eso no es así”, denunció en una entrevista a EFE la también entrenadora de la selección Sub-20 de Panamá.
Agregó que ese estigma, con el que luchan muchas jugadoras, lleva a que los padres no apoyen a sus niñas.
“Solo aprovecho para decirles: si la pasión de sus niñas es jugar al fútbol... denle el apoyo, porque el fútbol femenino en Panamá está creciendo”, precisó.
Dejó claro que aunque está mejorando, la liga femenina panameña aún no permite vivir del fútbol.
“La verdad es que del fútbol femenino no se puede vivir en Panamá, hay chicas que no cobran. Igual los equipos que hacen su esfuerzo por darle algo a sus jugadoras, pero aún así no le dan un salario digno”, reconoció.
Raiza Gutiérrez es recordada como goleadora en el torneo de la Asociación Nacional de Fútbol Femenino (Anafufe 2003-2013). Esta talentosa goleadora comenzó como todos los deportistas en Panamá, en la escuela de la calle.
“Raiza comenzó de muy niña jugando en el barrio de San Miguel, empecé muy niña, créeme que en el barrio se jugaba en las calles. Tenían una cancha a la que le decían el Tívoli, que era un supermercado que cerró y quedó una plazoleta ahí en donde jugaba”, dijo.
Su primer ídolo futbolero fue su hermano, al que acompañaba a todas las canchas a ver sus juegos, de ahí nace el amor por el fútbol de Raiza.
“Al principio mi hermano no quería que yo jugara por el tema del tú sabes lo que la gente siempre dice que son las jugadoras, luego se dieron cuenta de que esa era mi pasión y me dieron todo el apoyo”, comentó.
Ahora desde el banquillo técnico, Raiza vive el sueño que no pudo completar como jugadora, llegar a un Mundial de fútbol femenino.
“Esa experiencia muy linda fue algo que siempre he buscado desde muy niña, creo que en mis inicios como jugadora siempre mi sueño fue jugar un Mundial. Lastimosamente no se nos dio como jugadora, (pero) se me dio ahora como entrenadora y créanme que lo estoy disfrutando de la misma manera”, manifestó.
Reveló cómo vivió el momento de la clasificación: “Ya faltando segundos yo le gritaba al árbitro ‘tiempo, tiempo’... cuando ella pegó ese pitazo fue una cosa, fue algo inolvidable”.
Se alista para disfrutar de la experiencia mundialista, en el que por primera vez 32 selecciones competirán por la Copa Mundial Femenina, consciente de que en el torneo que comienza el próximo julio les tocó un grupo difícil junto a Brasil, Jamaica y Francia, pero “vamos a disfrutarlo con muchísima responsabilidad”.
“Estar en la fiesta más grande del fútbol es algo que cualquier persona o cualquier jugador quisiera vivirlo y ahora nos toca a nosotras disfrutarlo”, celebró.