Rúben Amorim lo ha hecho de nuevo. El técnico portugués, quien apenas el pasado 5 de noviembre sorprendió al mundo al derrotar 4-1 al Manchester City de Pep Guardiola con el Sporting de Lisboa en la UEFA Champions League, volvió a imponerse al estratega español, esta vez al frente del Manchester United.
En un Etihad Stadium vestido de gala y con un imponente tifo dedicado a Guardiola, el City tenía todo controlado gracias a un gol de Josko Gvardiol. Sin embargo, en los últimos minutos, el United, liderado por Amorim, remontó en un final que dejó a los locales y a su técnico sumidos en una crisis aún más profunda.
El derbi de Mánchester, lejos de ser un espectáculo brillante, estuvo marcado por el nerviosismo de ambos equipos. El City, con solo una victoria en sus últimos diez partidos, buscaba desesperadamente reencontrarse con el triunfo, mientras que el United, en plena transición bajo el mando de Amorim, esperaba aprovechar cualquier error del rival.
Tras un gol de cabeza de Gvardiol en el minuto 47, todo parecía bajo control para el City. Sin embargo, un penalti infantil cometido por Matheus Nunes en el minuto 88 permitió a Bruno Fernandes empatar el partido desde los once metros. Dos minutos más tarde, un pase filtrado de Lisandro Martínez encontró a Amad Diallo, quien definió con frialdad para sentenciar el 1-2 definitivo.
Para Guardiola, esta derrota significa su octavo tropiezo en los últimos once partidos, una racha que comienza a preocupar seriamente a la afición del City. El equipo, actualmente quinto en la Premier League, se encuentra fuera de los puestos de Champions y a 12 puntos del líder Liverpool, si los de Arne Slot ganan su partido pendiente.