Panamá vibra en cada rincón del país con la pasión por el fútbol y, en el corazón de ese fervor, Thomas Christiansen, el entrenador de la Selección Nacional, vive también una conexión especial que va mucho más allá del deporte.
El Míster, como se le conoce cariñosamente debido a sus raíces europeas, se prepara para convertirse en el director técnico con más partidos oficiales al frente de Panamá. Con 69 encuentros acumulados en cuatro años, está a solo tres juegos de igualar el récord de Hernán Darío Gómez, el único entrenador en llevar a Panamá a un Mundial.
En una entrevista exclusiva con La Prensa, Christiansen confesó el profundo vínculo que siente con Panamá, una conexión que se remonta a sus días de infancia y que lo hace sentir en deuda con el país. Agradecido por el apoyo y el cariño que recibe de los aficionados, Christiansen expresó su deseo de devolver esa gratitud con un objetivo claro: la clasificación de Panamá a la Copa Mundial de la FIFA 2026, que se celebrará en Estados Unidos, México y Canadá.
“Ahora mismo estoy muy bien con Panamá, y lo único que quiero es meternos en ese Mundial. Ha habido un vínculo especial, y tengo que decir que la gratitud de todos es algo que agradezco. Siento que le debo algo al país, y quiero intentar, con todos nuestros esfuerzos, devolverlo con esa clasificación”, señaló Christiansen.
El entrenador ha enfatizado que su compromiso no es producto de una obsesión, sino de un objetivo claro que se ha trazado junto a su equipo. Para él, la obsesión puede llegar a ser negativa, pues añade una presión extra que puede influir en los resultados. En cambio, Christiansen ha buscado plantear un objetivo alcanzable, a sabiendas de que en el fútbol no siempre se puede predecir el resultado.
“Una obsesión es negativa; te cargas mucha presión. Con las herramientas que tenemos, creo que podemos estar en buena posición para la clasificación. Pero en el fútbol puede pasar de todo: tener dos partidos malos y terminar eliminados. Eso es lo bonito y lo malo del fútbol. En nuestro caso, tenemos las ideas claras sobre cuál es nuestro objetivo y cómo lo podemos conseguir”.
Este noviembre, el reto se viste de rivalidad histórica: Panamá se enfrentará a Costa Rica, el equipo al que más veces ha enfrentado bajo la dirección de Christiansen. Los números, hasta ahora, han sido impresionantes, con un saldo de 7 victorias, 1 empate y solo 1 derrota contra los ticos. Panamá nunca había logrado una superioridad tan contundente frente a su vecino, con 13 goles a favor y 3 en contra. Sin embargo, el técnico mantiene una actitud cautelosa, consciente de que cada partido contra Costa Rica representa un desafío.
“Siempre es especial jugar contra Costa Rica, nuestros vecinos. Es un rival muy duro, donde vamos a sufrir, y tenemos que saber llevar esa presión”, comentó Christiansen, reflejando respeto hacia el próximo oponente en la Liga de Naciones, competición que ha visto a Panamá clasificarse a la Final Four en dos ocasiones consecutivas bajo su dirección.
La historia reciente de la selección, que hace pocos años pasó por momentos difíciles y caídas dolorosas bajo el mando de Américo Rubén Gallego, es hoy muy distinta. La llegada de Christiansen ha sido un renacimiento para el equipo nacional, devolviéndole el protagonismo y llevando a Panamá no solo a dos Final Four consecutivas, sino también a instancias decisivas en competiciones como la Copa Oro 2023, donde llegó a la final, y la Copa América 2024, donde alcanzó los cuartos de final.
El técnico es consciente de que estos éxitos han elevado las expectativas y que, al haber alcanzado ciertos hitos, la exigencia es mantenerse a ese nivel.
“Esas son las costumbres: ya una vez clasificado, debe ser una obligación estar en las siguientes. Lo tomamos con calma, con ambición de lograrlo por tercera vez, y para eso hay que eliminar a Costa Rica”, afirmó con determinación.
