Una experiencia de vida en el John Muir Trail



Para los que hemos pasado nuestra vida entera solo en zonas urbanas y con acceso a todo lo que el mundo civilizado de hoy ofrece, resulta una experiencia disruptiva el dedicar más de 20 días en áreas montañosas remotas, en un trayecto de más de 400 km., forzando total autosuficiencia, aislamiento, sin acceso a servicios públicos y separado de todos los aspectos mundanos de la vida. En esencia, esto representa una transición impresionante de las prioridades que uno vive diariamente, a una situación donde lo único importante es sobrevivir, avanzar diariamente evitando incidentes, alimentarse, asegurar acceso a agua, refugio, protegerse de clima extremo, estar alerta con el mundo animal y asegurar la higiene; esa es la rutina que se repite diariamente; tu vida se limita a eso; y para lograr esto solo están tú y tu mochila (total autosuficiencia). Eso es lo que yo he aprendido en mi experiencia de tres años haciendo backpacking de larga distancia, y en particular con la conclusión del recorrido del John Muir Trail el 9 de septiembre pasado, lo cual resultó ser posiblemente la experiencia más retadora y al mismo tiempo gratificante de toda mi vida.

El John Muir Trail es uno de los senderos más famosos e icónicos del mundo. El trayecto representa 338 kilómetros de montaña remota, recorriendo parte de lo que se llama la Sierra Nevada, en California, un área montañosa con actividad de glaciares hace millones de años, lo cual resultó en impresionantes formaciones rocosas, lagos alpinos, y las vistas más impresionantes que cualquier senderista pueda imaginar. La mayoría del trayecto se hace a una altura promedio de 3,000 metros y atravesando más de 17 “pases” de montaña con una altura mayor a la del volcán Barú, en Panamá. El momento más épico es la subida a Mount Whitney, con 14,505 ft. (4,395 m.), la montaña más alta de los Estados Unidos, exceptuando Alaska.

Una experiencia de vida en el John Muir Trail
Luis Stout, Matt DeMarco y Bill Schenderlein luego de terminar el sexto día de expedición. Cortesía

Para poder tener el derecho de entrar al John Muir Trail, el National Park Service de Estados Unidos tiene loterías para iniciar el trayecto, ya sea en el extremo norte (Happy Isles, en el valle de Yosemite) o en el extremo sur (Mount Whitney Portal). Debido a que menos de 10% de los solicitantes entran con la lotería, mi grupo y yo decidimos optar por entrar al John Muir Trail por una entrada alterna en el sur que nos obligaba a extender nuestro trayecto en más de 100 km. (Cottonwood Pass).

Tomando en consideración lo anterior, mi trayectoria real total fue de 459 km., lo cual recorrí en 23 días (2 de descanso), con tres puntos de reabastecimiento, y un ascenso total acumulado de más de 17,022 metros. Fui acompañado de dos amigos/hermanos de mi fraternidad universitaria: Bill Schenderlein, de quien he aprendido todo lo que sé de backpacking, y Mathew DeMarco. Ambos tenían mucha más experiencia que yo, por lo que decidimos cada uno avanzar independientemente a paso individual, y encontrarnos típicamente al final de cada día acampando. Esto último resultó en que mi experiencia fuese en solitud total más de 90% del tiempo.

Entre las particularidades que puedo destacar de esta experiencia, las cuales responden a posibles interrogantes, están las siguientes:

Clima. La temperatura oscilaba entre los 3C en las mañanas y 18C en las tardes, con humedad tipo desierto. Para enfrentar esto, yo llevo cuatro capas (layers) de ropa. La falta de nubes la mayor parte del tiempo hizo que los rayos del sol tuvieran un alto impacto, especialmente a la altura en que nos encontrábamos siempre.

Contenido de la mochila. Usando reciente tecnología y productos para ultralight backpacking, mi mochila pesaba entre 25 y 30 libras, dependiendo de cuánta comida había consumido de los cinco días de abastecimiento máximo que tenía. Los componentes principales de mi carga son: mi mochila, el sleeping system (quilt, pad, almohada), mi tienda ultralight, cooking system, segundo set de ropa, puffy jacket, rain gear, fleeze jacket, binnie/guantes, electronics, medical kit, productos de aseo, palos de hiking, filtro para agua, comida, agua, bear canister, ahhh y el poop bag.

Alimentación. Comidas freeze-dried con agua hervida para desayunos y cenas, y comida on-the-go (salmón, tuna, beefsticks, kind bars) para almuerzos y snacks.

Reabastecimiento. Para esto teníamos previamente enviados paquetes a lugares específicos, los cuales contenían comida para 5-6 días, productos para aseo personal, latas de combustible, y otros consumibles.

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El recorrido del John Muir Trail superó los 400 kilómetros. Cortesía

Necesidades básicas. Este es un tema que preocupa a muchos típicamente. Las necesidades urinarias eran fáciles de resolver, aunque en la noche uso un pee bottle para evitar congelarme saliendo de la tienda. En el caso de sólidos, el parque nacional obliga a abrir un hueco de seis pulgadas (para esto se usa una palita especial que llevo en mi poop bag), enterrar el desecho, y llevarte el papel en el poop bag, todo lo cual debe hacerse a un mínimo 100 pies de distancia de la tienda, lagos/ríos, o el sendero. Todo esto parece incómodo, pero increíblemente uno se acostumbra y todo se vuelve parte de una rutina.

Emergencias. Realmente esto es algo que puede estresar a muchos. Si algo te pasa que requiera que te retires (accidente, herida, enfermedad, etc.), salir a la civilización puede tomar hasta 70 km. caminando, dependiendo de donde estés. La alternativa extrema es llamar a Search and Rescue a través de un seguro opcional que acompaña al dispositivo de comunicación satelital por texto que yo uso. Esto implica que nada puede/debe fallar; debes hacer todo lo humanamente posible por estar íntegro y con todo tu equipo completo, todo el tiempo, para poder sobrevivir todo el trayecto y evitar tener que retirarte.

Una experiencia de vida en el John Muir Trail
Parte del paisaje montañoso, que tiene una gran cantidad de lagos. Cortesía

Principal reto del recorrido. Yo inicié un poco preocupado por mis dolencias crónicas en mis dos talones de Aquiles y mi espalda, pero resulta que esencialmente nada de eso me molestó sustancialmente. Mis principales problemas resultaron ser impredecibles, pero de cierta seriedad. Por ejemplo, yo suelo cubrirme bastante para protegerme del sol, pero nunca he necesitado cubrirme o ponerme protector solar en las manos. Resulta que al tercer día se me había desarrollado una quemadura en mi mano izquierda que eventualmente fue de tercer grado. Traté de ponerme protector solar, pero ya era muy tarde y comenzó a desarrollarse una infección. Trataba de lavarme y ponerme antiséptico, pero eso solo me ayudaba parcialmente. De hecho, mis dos manos comenzaron a empeorar porque también tenía laceraciones por la manipulación de sogas, rocas, árboles, equipo, caídas y otras situaciones. Mis manos y dedos se convirtieron en un desastre “sangriento”, pero le pedí a mi hija Charlotte, a través de mi dispositivo satelital, que me enviara unos guantes para el sol, los cuales recibí a tiempo en un punto de abastecimiento. Eso me salvó.

El trayecto. Aunque el John Muir Trail es conocido por sus impresionantes vistas, recorrerlo está muy lejos de ser un “paseo en el parque”. Las 17 subidas de montañas pueden llegar a ser brutalmente difíciles, e igualmente las bajadas, principalmente por la dificultad técnica de muchas secciones, y obviamente la altura. Cargar 30 libras en estas circunstancias es realmente un reto.

Animales. Irónicamente, el sueño de todos, y al mismo tiempo el temor, es encontrarse a un oso, animal popular en esta zona, y vivir para contar el cuento. Resulta que nunca vi uno, y eso a pesar de que el último día partí después de la medianoche, caminando seis horas a oscuras, ambiente en el que siempre pensé que podría haber más chances de encontrarse con un oso. Lo que sí vimos en varios lugares fueron marmotas, venados, muchas aves grandes y roedores.

Otros backpackers. Soledad y tranquilidad es la norma, pero uno se cruza con otros backpackers con cierta frecuencia. Debo resaltar lo impresionante que fue ver a muchas mujeres haciendo el recorrido, y muchas de ellas solas.

Una experiencia de vida en el John Muir Trail
El John Muir Trail se encuentra en la Sierra Nevada. Cortesía

Resumiendo, mi experiencia en backpacking, y en particular el John Muir Trail, simplemente me hace una mejor persona. Separarse tanto tiempo de todo lo mundano te da otra perspectiva de la vida y te ayuda a conocerte mejor a ti mismo; todo el proceso de adaptarte a la montaña y a una vida simple te hace más noble. El alejarse forzosamente de vicios y otras toxicidades de nuestra vida diaria te lleva a un nivel de salud física y mental muy positivo. El poder retar y superar tus temores y zona de confort te hace una persona más fuerte. En adición, fortaleces y amplías tus habilidades y capacidades que resultan ser esenciales para sobrevivir en este ambiente: buena planificación, atención al detalle, revisar procesos/rutinas, cumplimiento de metas, estar alerta, pragmatismo, resolución de problemas, buen juicio, serenidad, coraje y valentía. Casualmente, estas son características que también se requieren para ser exitoso en nuestras vidas personales y profesionales.

Por último, la experiencia de backpacking literalmente te “endurece”, te fortalece física y mentalmente, y te ayuda a manejar adversidades. Es el tipo de cualidades que nuestra sociedad requiere en los ciudadanos (mujeres y hombres), no solo para avanzar hacia una mejor sociedad, sino también para contar con líderes capaces de defender nuestras libertades y derechos, o encarar crisis, si algún día esto fuese requerido. Nuestra juventud en Panamá podría beneficiarse enormemente de este tipo de experiencia; si esto se hiciese de una manera escalable y metódica, con programas enfocados a esto, complementando la educación formal, los resultados serían impresionantes, surgiendo nuevas generaciones con una cultura renovada.


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