Tres años después de la final Real Madrid-Liverpool (3-1), Zinédine Zidane y Jürgen Klopp vuelven a medirse el martes en la ida de cuartos de final de la Champions para un segundo acto por todo lo alto.
Este encuentro entre dos clubes que suman 19 Copas de Europa (trece para el Real, seis para los ingleses), es un clásico, aunque esta temporada ambos parezcan poco dominadores en sus respectivos campeonatos.
Los recuerdos de 2018 están ahí: la increíble chilena de Gareth Bale para volver a poner delante al Real 2-1, las dos ‘pifias’ del exportero de los Reds Loris Karius, la entrada de Sergio Ramos que lesionó al egipcio Mohamed a la media hora de juego, la discreción de Cristiano Ronaldo, la sonrisa de Zidane, la cara de circunstancias de Klopp.
Tres años han pasado desde entonces, en los que ‘Zizou’ se tomó un periodo sabático de nueve meses entre mayo de 2018 y marzo de 2019, y retomó las riendas del Real sin tener el mismo éxito que en su primera época.
Y Klopp convirtió al Liverpool en un mastodonte europeo: desde esa desilusión del 26 de mayo de 2018, el técnico alemán ha ganado la Champions, la Supercopa de Europa y la Copa del Mundo de clubes en 2019, y en 2020 la primera liga ‘red’ desde hace 30 años.
En el momento del sorteo, Klopp acogió el resultado relajado: “Hace algo más de dos años que nos enfrentamos a ellos y fue una noche difícil para nosotros. Tener una nueva oportunidad, está muy bien”.
Esta derrota, aunque cruel fue un punto de inflexión en la trayectoria del Liverpool y contribuyó a forjar la leyenda de Klopp en el corazón de los aficionados Reds.
Hasta la victoria europea del Liverpool en 2019, el carismático técnico alemán acumulaba seis finales perdidas con el Borussia Dortmund y el Liverpool, contando todas las competiciones.
Unas horas después del silbato final, Klopp fue grabado cantando con un grupo de amigos, entre ellos el líder del grupo punk-rock, los Toten Hosen: “Vimos la Copa de Europa, pero fue el Real Madrid el que tuvo la p... suerte. Juramos seguir bien para llevarla a Liverpool”. Una promesa cumplida un año después.
Por el lado de Zidane, el ambiente nunca es tan festivo: en la victoria como en la derrota, el técnico francés, autor de un triplete consecutivo inédito en la Liga de Campeones entre 2016 y 2018, está siempre bajo presión en el banquillo merengue.
Aunque el Real Madrid sea el único superviviente español en la Champions y esté luchando por conservar su títulos de campeón liguero, a tres puntos del líder Atlético de Madrid, con una racha de 11 partidos sin perder, Zidane no tiene derecho a descanso.
La lesión del capitán Sergio Ramos, ausente contra el Liverpool y en el clásico liguero del sábado contra el Barcelona, la incertidumbre en torno a su renovación y las perspectivas de una nueva temporada en blanco (tras la 2018/2019) planean sobre Zidane.
“Entre Zidane y yo, siempre elegiré a Zidane. Era un mejor jugador y también es mejor entrenador. No tengo problema en decirlo. Desgraciadamente, es brillante, lo sé y tengo que esperar que siga siéndolo”, había resumido Klopp durante la rueda de prensa previa a la final de 2018, elogiando el ‘carácter’ de su homólogo.
Tras un mal inicio de temporada (9 derrotas en 15 partidos oficiales), Klopp ha enderezado el rumbo, con tres victorias seguidas... Pero, sin pareja de centrales titular Van Dijk - Gomez (ambos lesionados), el alemán tendrá que reflexionar mucho para no caer otra vez en este reencuentro con ‘Zizou’.
