El déficit fiscal de $3,005 millones que registró el sector público no financiero es de tal magnitud, que alcanzaría para financiar el 88% de la construcción de la tercera línea del metro, incluyendo el tramo soterrado para cruzar el cauce del Canal de Panamá.
Durante 2022, los ingresos sumaron $13,273.2 millones, con un incremento de 13.8% en comparación con el año anterior. Mientras que los gastos totalizaron $16,278.7 millones, reflejando un aumento de 1.7% o $272.7 millones. El aumento de los ingresos fue insuficiente para compensar un gasto público elevado y que se destina principalmente a cubrir las operaciones del aparato estatal.
La Contraloría General de la República actualizó los cálculos del PIB de los últimos años, tomando como referencia un nuevo año base (2018), lo que tuvo como resultado un ajuste al alza en los datos de PIB.
Teniendo esto en cuenta, la proyección del PIB nominal que hace el MEF para 2022 es de $76,507 millones, con lo que el monto del déficit fiscal sería equivalente al 3.93% del PIB y estaría dentro del 4% marcado como objetivo por la Ley de Responsabilidad Social Fiscal. Como cada año, según recuerda el MEF en su reporte, “una vez sea publicada la cifra oficial del año 2022 por parte del Instituto Nacional de Estadística y Censo, se realizará la actualización correspondiente”.
El MEF calcula que el 2022 habría cerrado con un crecimiento del PIB real de 10.5%. Con ese resultado y a expensas de la publicación del dato oficial, el tamaño de la economía habría superado los niveles previos a la pandemia, aunque todavía persisten secuelas en el empleo por una recuperación desigual y en las métricas fiscales, aún deterioradas.
El crecimiento de la economía es uno de los factores que se refleja en el aumento de los ingresos corrientes durante 2022 y que ayudó a reducir el déficit fiscal desde los $4,345.2 millones (6.45% del PIB) del ejercicio 2021.
Los ingresos tributarios del gobierno central se ubicaron en $5,849.6 millones, un 27.7% más que durante el ejercicio anterior. Ese crecimiento estuvo impulsado principalmente por la recaudación generada por los tributos que gravan la renta de empresas y personas naturales, así como el consumo.
Por su parte, los ingresos no tributarios generaron $3,428.7 millones, con un aumento de $88 millones o 2.6% respecto al ejercicio anterior, destacando las contribuciones del Canal de Panamá en dividendos y derechos por peajes, que sumaron $2,546.1 millones.
Pese al mejor comportamiento de los ingresos, las cuentas del Gobierno en 2022 volvieron a reflejar un abultado desbalance. Esto se debe a que el gasto del sector público no financiero se mantuvo en niveles elevados, con un peso muy superior de las operaciones del Estado en el reparto del gasto.
De los $16,278.7 millones que se gastó el sector público no financiero, $12,202.2 millones corresponden a gastos corrientes o de operaciones, es decir, un 75% del gasto total. Dentro del sector público no financiero se integran las entidades del gobierno central y de las instituciones descentralizadas, entre las que destaca la Caja de Seguro Social.
El economista Luis Alberto Morán señaló que aunque el déficit es menor al compararse con el registrado en los dos primeros años de pandemia, el gasto sigue siendo ineficiente y los recursos destinados al empleo público no han bajado.
El analista reclamó además una evaluación para ir disminuyendo los subsidios. “Muchas ayudas económicas o programas sociales que debieron ser temporales han continuado, teniendo un impacto en las finanzas públicas”, sostuvo, mientras abogó por la creación de programas que generen un verdadero impulso productivo en los distintos sectores de la economía.
En ese sentido, Morán señaló que para mejorar los ingresos se debe “apostar por las empresas, por la expansión de las locales y la llegada de extranjeras”, de manera que se fortalezcan tanto los ingresos del Estado como el empleo formal.
Entre los principales gastos del gobierno central están los servicios personales o planilla, con un monto de $3,899.3 millones, un 2.8% más que durante el ejercicio anterior.
Por su parte, el gasto de capital del sector público no financiero sumó $4,076.4 millones, un 25% del total del gasto. En este apartado, el informe del MEF destaca inversiones por $548.3 millones por parte del Ministerio de Obras Públicas; una ejecución de $404.1 millones por parte de Metro de Panamá, S.A., y los pagos del plan Panamá Solidario, que consiste en ayudas económicas a través de vales digitales a familias afectadas económicamente por la pandemia, que ascendieron a $411.4 millones.
El economista Olmedo Estrada señaló que el déficit supone elevar la deuda para cubrir ese desbalance en las cuentas públicas, lo que termina afectando a las futuras vigencias fiscales. La previsión de una ralentización de la economía para este 2023 puede dificultar la meta de cumplir con la rebaja del déficit prevista para este ejercicio.
El saldo de la deuda pública cerró en 2022 en $44,274 millones, cifra que refleja un aumento de $3,786.2 millones, cuando se compara con el saldo existente un año antes.
Estrada advierte que se deberían hacer los ajustes pertinentes, promoviendo los ingresos y recortando gastos improductivos para, al menos, rebajar a la mitad el déficit previsto para este 2023, que según el presupuesto general del Estado sería de $2,192 millones.
Además de hacer un mejor uso de los dineros, ambos analistas apuntan también a la importancia de elevar la recaudación para reducir las necesidades de financiamiento del Gobierno.