70 millones de personas en Latinoamérica, sin ingresos suficientes para costear la canasta básica de alimentos



En América Latina y el Caribe más de 70 millones de personas no ganan lo suficiente para poder costearse y adquirir los productos de la canasta básica de alimentos, advirtió este lunes 29 de abril el secretario general de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), José Manuel Salazar-Xirinach. Precisó que la incidencia de la pobreza extrema en la región fue de 11.4% en 2023.

El secretario de la Cepal participó en la presentación del informe Financiamiento para la seguridad alimentaria y la nutrición en América Latina y el Caribe realizado en conjunto por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Cepal, el Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

En este informe se advierte que los costos de no combatir el hambre y la malnutrición pueden llegar a ser más altos que los de las soluciones para garantizar la seguridad alimentaria y una mejor nutrición.

Concretamente se estima que el gasto producido por la inacción ante el impacto del hambre y la malnutrición representa en promedio un 6.4% del producto interno bruto (PIB) de los países estudiados.

En contraste, el promedio del costo de trabajar para cerrar la brecha de ingresos con transferencias para el acceso a dietas saludables es solo del 1.5% del PIB, sin incluir costos de gestión e implementación.

70 millones de personas en Latinoamérica, sin ingresos suficientes para costear la canasta básica de alimentos
La FAO, Cepal, WFP e IICA presentaron informe que busca crear medidas para erradicar el hambre y la malnutrición en la región. Cortesía.

El informe identifica diferentes tipos de financiamiento para la seguridad alimentaria y la nutrición en la región, como el financiamiento del consumo y la producción de alimentos; el gasto público relacionado a gastos agropecuarios y de protección social); los flujos internacionales de desarrollo y el financiamiento proveniente del sistema bancario y los mercados de capitales.

Se indica que es vitar continuar con la inversión en la agricultura y la necesidad de realizar otras intervenciones para reducir la inseguridad alimentaria y la malnutrición, evidenciando que el problema principal no proviene de la escasez de alimentos, sino de la falta de acceso físico y económico, especialmente en zonas rurales pobres y con poblaciones vulnerables.

“Alinear las políticas sociales, económicas y comerciales y los objetivos de mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición en América Latina y el Caribe es fundamental, más aún cuando el gasto en alimentos representa el 22% del PIB regional”, señaló Mario Lubetkin, Subdirector General y Representante Regional de la FAO para América Latina y el Caribe.

Lubetkin enfatizó, además, que las intervenciones integrales que aborden los ingresos y el acceso a alimentos nutritivos, las preferencias de los consumidores y las regulaciones sobre etiquetado frontal nutricional de alimentos, así como el apoyo a la agricultura familiar mediante sistemas de compras públicas pueden contribuir a fortalecer los sistemas agroalimentarios y el acceso equitativo a dietas saludables.

Dijo que aunque en la región 3 millones de personas ya no sufren hambre, aún existe una gran brecha y cantidad de personas que sí padecen este problema. “Hay 43 millones de personas que siguen en el escenario de hambre en América Latina”, acotó.

El secretario de la Cepal añadió que la falta de recursos para adquirir los productos de la canasta básica de alimentos es principalmente un problema entre las mujeres, la población indígena y las personas que viven en zonas rurales.

70 millones de personas en Latinoamérica, sin ingresos suficientes para costear la canasta básica de alimentos
El gasto en alimentos representa el 22% del PIB regional. Archivo

“Es imperativo fomentar políticas públicas inclusivas y promover una mejor focalización del gasto público, capaz de impactar directamente a las poblaciones en situación de vulnerabilidad. En la actualidad, más de la mitad del total de las transferencias monetarias en América Latina y el Caribe se destina a hogares con ingresos per cápita superiores a la línea de pobreza”, destacó Salazar-Xirinachs.

“La falta de ingresos para acceder a una dieta saludable y nutritiva está entre las principales causas del hambre y la inseguridad alimentaria en América Latina y el Caribe. De hecho, esta región tiene la dieta saludable más cara del mundo”, aseguró Lola Castro, directora regional de WFP para América Latina y el Caribe.

Dijo que “es inaceptable que las poblaciones más vulnerables sigan pagando un costo tan alto por cuenta de la desnutrición, sobrepeso y obesidad o doble carga de la malnutrición, cuando el continente produce suficientes alimentos para alimentar a toda su población”.


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