Acciones mineras, en la red de lavado



Con detalles precisos y reveladores se han ido entrelazando todos los elementos que vinculan a la administración de Ricardo Martinelli con la compra de acciones mineras y la posible comisión de lavado de dinero.

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Las empresas que hoy son vinculadas a escándalos de corrupción, presuntos pagos de coimas, proyectos fallidos y desviación de dinero, inyectaban fondos que, posteriormente, High Spirit invertía en la compra de acciones de Petaquilla Minerals e Inmet Mining.

Las entradas y salidas de dinero no correspondían a la actividad propia de una casa de valores, por lo que la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) detectó movimientos irregulares en High Spirit y denunció la posible comisión de delitos financieros.

La SMV presentó una denuncia por la posible comisión de delitos financieros y blanqueo de capitales contra FP y High Spirit.



Con el dinero injustificado, Financial Pacific (FP) utilizó la cuenta High Spirit para comprar, en marzo de 2010, acciones de Petaquilla.

Para ese momento, estas se cotizaban en $0.55 y más tarde, en ese mismo año, luego de la venta por la suma de $1.9 millón, se obtuvo una ganancia neta de $771 mil 148.

Con fondos de procedencia desconocida, High Spirit adquirió acciones de Inmet Mining por $700 mil 409, para ganar $76 mil.

En la primera operación se logró una buena ganancia y aunque la segunda apuesta no fue tan ventajosa, de acuerdo con la SMV, el mecanismo era una fórmula para justificar “la entrada ilícita” de dinero, “toda vez que sigues ganando, ya que su procedencia es ilegal”.

APETITO POR LAS ACCIONES MINERAS

El dinero en efectivo, injustificado e ilícito que entraba en la cuenta High Spirit, a través de la casa de valores Financial Pacific (FP), encontró un atajo perfecto para salir por la puerta grande.

Una breve línea de tiempo hecha por este diario, basada en hechos del pasado reciente y vinculando los detalles de una denuncia interpuesta por la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV), da cuenta de cómo el poder político, las figuras señaladas en casos de corrupción y el presunto lavado de dinero están atados por un elemento común: la administración del expresidente Ricardo Martinelli.

A través de la cuenta High Spirit, en la que uno de sus beneficiarios y firmantes es Aaron Ronny Mizrachi –cuñado Martinelli–, se hicieron decenas de transacciones irregulares, de acuerdo con la SMV.

Los fondos de procedencia previamente desconocida y provenientes de empresas no vinculadas eran invertidos en acciones mineras, específicamente en Petaquilla Minerals e Inment Mining. Dichos movimientos, según la denuncia presentada el 8 de junio de 2015 ante el Ministerio Público, se hicieron para justificar la entrada irregular de dinero.

Las investigaciones del ente regulador del mercado detallan que se invertía en acciones, para luego hacerse de fondo ilícitos sin importar el monto de la ganancia. En palabras simples, se lavaba dinero.

Algunos movimientos generaron ganancias cercanas a los 800 mil dólares, “ya que las acciones de Petaquilla llegaron a subir 74% y 104%”, en palabras del regulador.

Un dato relevante es que las transacciones hasta ahora detectadas guardan relación con los pronunciamientos que hacía Martinelli y en las que se mostraba en total acuerdo con las operaciones mineras en el país.

Las declaraciones de Martinelli, siendo presidente, podían interpretarse como un apretón de manos o más bien un gran abrazo con el que se respaldaba la inversión minera.

Cada vez que decía o hacía algo vinculado con la minería, Martinelli podía tener el divino poder de potenciar el valor de las acciones. Y así se beneficiaban las inversiones que hacía su cuñado y ahora cara visible de High Spirit.

En los registros de Jal Offshore, con cuenta en Banco Universal, también figuran otros movimientos sospechosos.



Para el 25 de marzo de 2010, el entonces presidente dijo que estaba dispuesto a modificar el Código de Recursos Mineros para facilitar la inversión extranjera.

Señaló que el país no podía perder una gran oportunidad y quedar atrás en la explotación minera por falta de legislación.

Ese día marcó el camino que tomaría el manejo de High Spirit, cuenta que se creó ese mismo marzo de 2010 con varios depósitos procedentes del Bank Audi de Suiza, y en un proceso en el que nunca se identificó qué persona o sociedad enviaba los fondos.

Un día después de aquella profética declaración de Martinelli, entre el 26 de marzo y el 15 de abril de 2010, se empiezan a hacer compras de acciones de Petaquilla Minerals por 984 mil 772 dólares.

Para ese momento, la cuenta High Spirit tenía un saldo en efectivo por 975 mil 979 dólares, por lo quedó con un negativo de 9 mil 293 dólares.

Para ese entonces, el discurso del gobierno iba enfocado a potenciar la minería y obtener ingresos por al menos mil millones de dólares en cuatro años.

De hecho, en una visita oficial a Perú el 27 de agosto de 2010, Martinelli dijo que el lobby ambiental en el mundo soslaya los beneficios de la minería responsable en el desarrollo de un país.

No había transcurrido ni un mes cuando la cuenta High Spirit recibe transferencias para luego utilizar ese dinero en la compra y venta de más acciones.Habría una gran diferencia entre la primera y las posteriores transacciones. Cuando compraron las acciones, en marzo de 2010, estas se cotizaban en 0.55 centésimos.

Luego lograron la suma de 1.9 millón de dólares, por la venta realizada entre el 6 y el 14 de diciembre de 2010, y se obtuvo una ganancia neta de 771 mil 148 dólares.

Esta información es probablemente una pequeña fracción de los negocios de High Spirit. Se sabe que antes de una segunda y definitiva intervención de FP en 2014, los ejecutivos de la casa de valores lograron borrar información sensitiva.

En 2010, nadie sospechaba de la intrincada red de corrupción entre FP, High Spirit, las empresas mineras y el círculo de poder más cercano a Martinelli. Algo que sí se rumoraba en los corrillos financieros era la posibilidad de que Martinelli tuviera acciones en las mineras.

Poco antes de que Petaquilla Gold empezara a sacar oro de su mina en 2010, casi al mismo tiempo, aumentó la compra y venta de las acciones de su holding Petaquilla Minerals.

Este movimiento se observa desde el 26 de octubre de 2009.

Para esa fecha, la acción de Petaquilla Minerals logró un volumen total negociado de 2 millones 805 mil dólares y se cotizó en 0.22 centésimos.

El 13 de noviembre de 2009 se dio otro gran empuje. Se reflejó en la bolsa de valores de Toronto, Canadá, un volumen total de 5 millones 723 mil acciones de Petaquilla Minerals, cada una en 0.25 centésimos.

El 4 de enero de 2010 esta acción trepó a 0.88 centésimos, justo el mismo mes en que Petaquilla Gold ya tenía el aval del Estado para exportar oro.

Las bruscos movimientos alertaron sobre una posible manipulación del mercado y el manejo de información privilegiada, pero la alerta no surgió en el mismo momento en que se dieron los movimientos, sino después, cuando Mayté Pellegrini, exempleada de confianza de FP, hizo unas reveladoras declaraciones.

Siendo la principal sospechosa de una transferencia ilícita de dinero, Pellegrini fue denunciada por los entonces directivos de FP.

Al rendir indagatoria por un fraude calculado en 12 millones de dólares, ella reveló un vínculo entre altos funcionarios, las inversiones de FP y las acciones de Petaquilla Minerals.

A órdenes de la Fiscalía Decimotercera de Circuito, en una indagatoria el 22 de noviembre de 2012, dijo que los directivos de FP Iván Clare y West Valdés habían dicho públicamente que una cuenta secreta llamada High Spirit se abrió para “manipular el mercado de valores con las acciones de Petaquilla”. Y que era del presidente Ricardo Martinelli”.

Cuando La Prensa reveló la información, Martinelli acusó a este diario de “manipular información” y de tratar de involucrarlo en un “pequeño problema”.

“Han jugado con mi honor y con mi familia, donde a punta de bochinches y rumores, el diario La Prensa, específicamente, se ha metido conmigo.

Pero que rectifiquen, por tergiversar, mal informar y manipular información, porque acabar con la reputación de personas, empresa, país, con lo que fuera, no es correcto”.

Nunca dijo, ni en ese momento ni más tarde, que su cuñado y miembro de su cercano entorno familiar era uno de los beneficiarios del “pequeño problema”, que ha terminado por desenmascarar la posible comisión de delitos financieros y blanqueo de capitales contra FP la cuenta High Spirit, según la denuncia presentada por la SMV.

Mizrachi no solo es uno de los beneficiarios de High Spirit. A través de Caribbean Holding Services, vinculada a él, se hicieron depósitos irregulares a la cuenta.

Caribbean Holding es la sociedad que pagó a la empresa NSO Group por el sistema de escuchas Pegasus, adquirido durante la administración de Martinelli para espionaje ilegal.

Entre las transferencias a High Spirit figura también una procedente de la sociedad Jal Offshore, que a su vez tenía una cuenta en FP.

Jal Offshore depositó un millón de dólares en High Spirit y tal como ocurrió con Caribbean Holding Services, la operación tampoco fue identificada como parte relacionada para recibir o transferir fondos.

En los registros de Jal Offshore, con cuenta en Banco Universal, también figuran otros movimientos sospechosos.

Felipe Alejandro Pipo Virzi, el empresario del llamado circulo cero de Martinelli, depositó 1.5 millón de dólares en esta empresa. Virzi está bajo arresto domiciliario por presunta vinculación en el escándalo de corrupción del fallido proyecto de riego de Tonosí.

En tanto, sobre Banco Universal, cuyo control ha perdido la familia Virzi, pesa una sanción apelable por blanqueo de dinero.

Jal Offshore, además, recibió depósito de Langton Int. Holdings, la empresa que captó 25 millones de dólares de Cobranzas del Istmo, la recaudadora de impuestos morosos a través de la que el comerciante Cristóbal Salerno admitió haber pagado “comisiones” a Ricardo Martinelli, el nombre que en cada escándalo termina citado.

 

 

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