Entre 20 y 30 millones de dólares se tendrían que invertir para arreglar todas las irregularidades ambientales y reactivar la mina Molejón, en el distrito de Donoso, provincia de Colón, informó el Ministerio de Ambiente.
Esta suma millonaria no incluye la inversión que se requeriría para poner en marcha la planta procesadora, en el hipotético caso de que la empresa dueña de la concesión o el Estado quiera reactivar el proyecto.
Y es que, luego de 29 meses de paralización, Molejón, concesionada desde 1997 a la minera canadiense Petaquilla Minerals, parece un pueblo fantasma. Atrás quedó el ruido de los camiones que transportaban la piedra desde el yacimiento hasta la planta para extraer el oro oculto en su interior. Hoy solo queda hierro oxidado y chatarra.
El ambiente lluvioso que predomina en la zona ha deteriorado la maquinaria utilizada por Petaquilla Gold, subsidiaria de Petaquilla Minerals, cuyo presidente, Richard Fifer, enfrenta un proceso penal por no pagar la cuota obrero patronal a la Caja de Seguro Social, entre otros cargos. A mediados de junio, el Segundo Tribunal Superior de Justicia revocó una decisión del Juzgado Decimosexto Penal y concedió una fianza de excarcelación de $100 mil a Fifer.
Para evitar el derrame de las tinas de relave donde se depositaba el material que resultaba del proceso de extracción, el Ministerio de Ambiente contrató al consorcio Bluefin Seroca Ambiental para dar mantenimiento a las tinas.
Después de 5 meses, la compañía que se adjudicó la licitación con una oferta de $1.7 millones terminó este mes de drenar 630 mil metros cúbicos de agua de las dos tinas de relave.
Yamil Sánchez, director de Protección de Calidad Ambiental del Ministerio de Ambiente, comentó que los análisis indicaron que el agua superficial de las tinas no contenía ningún contaminante como cianuro y que se podía verter en el yacimiento.
Sin embargo, añade que es necesario hacer más estudios para determinar la composición del material arenoso que hay en las dos tinas que tienen capacidad combinada para almacenar 3.6 millones de metros cúbicos de material.
“Bajamos 6 metros de agua, pero las tinas tienen una profundidad de 18 metros cada una, no sabemos qué hay en el fondo y por eso era importante reforzarlas por dentro y por fuera para evitar un derrame”, explicó Sánchez.
Además de drenar el agua hacia el yacimiento, que tiene una profundidad de 30 metros, el consorcio también reforzó el talud externo de las tinas y sembró vegetación para reducir la erosión provocada por la lluvia.
Pero estos trabajos solo son una solución temporal. Basados en la característica del área, se estima que en un año será necesario volver a drenar las tinas.Debido a la “dejadez”, tal como califica el Ministerio de Ambiente el estado de Molejón, ya que Petaquilla no ha declarado que abandonó la mina, las autoridades mantienen dos procesos contra la minera.

Luego de que Petaquilla Gold detuviera la extracción de oro en diciembre de 2013, por falta de recursos económicos, el yacimiento de donde se sacaba el material para procesar el oro se ha llenado de agua lluvia.
Sánchez señala que el yacimiento tiene capacidad para soportar dos temporadas de lluvia, por lo cual habría que ir analizando un plan para drenar el agua hacia los ríos del área de forma controlada.
El primero es un proceso administrativo por las constantes fallas en la zona, al cual se le sumará el costo de los trabajos de mantenimiento realizados por Bluefin Seroca Ambiental. El segundo proceso está en el Ministerio Público, por el incumplimiento del Estudio de Impacto Ambiental.
Voceros de la compañía indican que solicitaron a las autoridades ambientales los permisos para realizar el mantenimiento de las tinas, pero la solicitud no fue aprobada y, en cambio, se avanzó en la licitación.
PROCESO EN LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
El futuro de Molejón es incierto. La Corte Suprema de Justicia todavía no resuelve un amparo de garantías que interpuso Petaquilla contra la resolución que emitió el Ministerio de Comercio e Industrias (MICI), en el que daba por anulado el contrato otorgado por el Estado en 1997.
La empresa asegura que el MICI no le dio oportunidad para defenderse antes de notificarle el inicio del proceso de cancelación de la concesión.El 20 de enero de 2015, las autoridades de comercio enviaron una carta al representante legal de Petaquilla Gold, en la que informaban que, debido a las irregularidades que presentaba la operación de la mina, daba inicio al período de 180 días que establece el contrato para cancelar la concesión.
Pasaron cuatro meses desde que Petaquilla presentó el amparo de garantías para que el despacho del magistrado Secundino Mendieta, suplente de Hernán De León, notificara al MICI de la aceptación del recurso legal.
La notificación se hizo efectiva el 15 de octubre y en ella se le pidió al Ministerio de Comercio que explicara las razones por las cuales se había iniciado el proceso de cancelación de la concesión que Petaquilla recibió en 1997.
En sus descargos, las autoridades de Comercio señalaron que el 17 de diciembre de 2014 habían enviado una carta a la compañía en la que le pedían que aclarara algunos puntos, como la falta de pago de la fianza ambiental y de cumplimiento, así como las regalías que debe recibir el Estado por la extracción de oro.
Adicional a esto, la empresa adeuda más de 6 millones de dólares en salarios atrasados a sus 600 empleados y el pago de cuotas a la Caja de Seguro Social.Mientras la Corte decide el futuro de Molejón, la naturaleza, animada por la lluvia, irá recuperando el terreno que le fue arrebatado para extraer el oro almacenado en la profundidad de la tierra.
Entre 2009 y 2013, periodo en el que Petaquilla extrajo oro de Donoso sin parar, las exportaciones panameñas del mineral superaron los $200 millones.
