Por primera vez en los últimos cinco años, las cifras de obesidad y sobrepeso en Panamá, superan a las de hambre.
Todas las noches, 400 mil panameños o el equivalente al 10% de la población, se acuestan sin comer. Mientras que el 62% de los adultos padece sobrepeso, y cerca del 23% tiene obesidad.
"Nuestra manera de producir, suministrar y consumir alimentos tiene que cambiar”, advirtió la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El aumento en las cifras de obesidad y sobrepeso no está vinculado a un problema de producción agrícola, sino de acceso, y de cómo se están procesando los alimentos, manifestó Adoniram Sanches, coordinador subregional de la FAO para Mesoamérica y Panamá.
"Necesitamos un giro en las recomendaciones de políticas alimentarias enfocadas en dietas más saludables y accesibles para todos. También en disminuir el desperdicio de los alimentos”, añadió.
En el mundo hay 7 mil millones de habitantes y la producción de alimentos alcanza para abastecer la demanda de más de 10 mil millones de personas. Sin embargo, el 33% de estos alimentos se pierde o desperdicia, agregó el representante de la FAO.
"El hambre no es un problema de oferta de alimento, es un problema de acceso. Los pobres no comen porque no tienen los recursos necesarios para comprar los alimentos”, destacó.
Mientras que Israel Ríos, oficial de Nutrición de la FAO para América Latina y el Caribe, manifestó que en los últimos 30 años los panameños han cambiado drásticamente las dietas y hábitos alimenticios debido a varios factores: la globalización, las extensas jornadas laborales, y el costo de los alimentos.
De los platos de temporada elaborados principalmente a base de plantas y ricos en fibra, se ha pasado a dietas hipercalóricas con un alto contenido de almidones refinados, azúcar, grasas, sal, alimentos elaborados.
"Las personas dedican menos tiempo a preparar comidas en casa y los consumidores, sobretodo en las zonas urbanas, dependen cada vez más de supermercados, establecimientos de comida rápida, y vendedores de alimentos en la vía pública", detalló Ríos, quien fue panelista del foro “Nuestras acciones son nuestro futuro. Una alimentación sana para un mundo Hambre Cero”, organizado por la FAO.
La FAO recomienda promover una alimentación urbana más sana, utilizar las guías alimentarias en las escuelas y diseñar e implementar políticas y programas favorables a la nutrición.
En este sentido, el gobierno impulsa el programa Estudiar sin hambre, con el que se pretende garantizar la nutrición adecuada de los niños en edad escolar y activar la economía local y regional, con la compra de los productos agrícolas que se van a utilizar en los colegios.