El Foro Económico Mundial estima que las pérdidas económicas producidas en América Latina producto de ataques cibernéticos suman $87 mil 940 millones, cifra equivalente al 1.6% del producto interno bruto de la región en 2017.
Así lo manifestó Giorgio Trettenero, secretario general de la Federación Latinoamericana de Bancos (Felaban) en la inauguración del Congreso Latinoamericano de Seguridad Bancaria (Celaes 2019) que se celebra en Panamá. Los países más afectados por este tipo de ataques son los más grandes: Brasil, México Venezuela y Argentina.
El ejecutivo citó, además, que según el Informe Anual de Ciberseguridad de Cisco 2018 más de la mitad de los ciberataques tienen un costo unitario que sobrepasa los $500 mil.
Banqueros de la región debaten esta semana en Panamá sobre las tendencias en temas de ciberseguridad. Aunque los sistemas más grandes son más propicios a recibir ataques, cualquier bancos puede ser afectado y por eso todos requieren fortalecerse. Trettenero dijo que para el año 2022 el mundo requerirá al menos 2 millones de personas expertas en el tema de ciberseguridad.
Para Aimeé Sentmat de Grimaldo, presidenta de la Asociación Bancaria de Panamá, los ciberataques son el primer o el segundo riesgo más importante que enfrentan los bancos y en la actualidad, además de proteger físicamente las sucursales, se debe proveer seguridad a la información de las entidad y los clientes. Por eso, la ejecutiva aboga por inculcar en las corporaciones una cultura de sensibilización entre colaboradores y usuarios, que en ocasiones son vistos por los ciberdelincuentes como el eslabón más débil de la cadena y hacia ellos dirigen los ataques.
Una de las acciones que está desarrollando la banca regional para mitigar los riesgos es la creación de un concentrador de fraude, un sistema que permite a los bancos informar sobre ataques o amenazas para que el resto de la industria esté atenta y lo puedan controlar.