En abril de 2013, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) desarrolló su primer trabajo sobre la industria offshore. Fue una compleja investigación en la que medios de todo el mundo escudriñaron miles de documentos para dejar en evidencia el mecanismo predilecto de quienes quieren esconder su dinero, ya sea bien ganado o que provenga de prácticas delictivas.
Tres años después, la organización periodística vuelve a develar las enmarañadas operaciones de una firma de abogados panameña que, dicho en palabras de una de sus abogadas sénior, es una “fábrica” de sociedades que luego venden y/o administran.
Esta vez se trata de documentos que involucran a la firma Mossack Fonseca, en lo que parece una serie de hechos irregulares en combinación con clientes.
Los documentos fueron obtenidos por el periódico alemán Süddeutsche Zeitung, cuyos periodistas los compartieron con ICIJ.
El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación no es un grupo inexperto en investigaciones a escala. El colectivo impulsó el proyecto Luxembourg Leaks (Fugas de Luxemburgo), en el que reveló los trucos fiscales utilizados por grandes empresas con presencia en ese país para evadir impuestos.
El ICIJ también estuvo a cargo del desarrollo de la investigación Swiss Leaks (Fugas de Suiza), que desveló otro entramado de evasión fiscal, con el banco HSBC como gran protagonista. También han desarrollado importantes investigaciones internacionales sobre el contrabando de tabaco, inversiones militares y la minería en África.
EQUIPO CON TRAYECTORIA
El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación fue fundado en 1997, en Washington D.C., por el periodista estadounidense Chuck Lewis, como parte de su Centro de Integridad Pública.
Desde entonces, el grupo se reforzó poco a poco hasta alcanzar un equipo propio, con importantes figuras del periodismo investigativo. Su comité de asesoría está integrado por los estadounidenses Lewis, Brant Houston y Bill Kovach, el brasileño Rosental Alves, el inglés Phillip Knightley, el namibio Gwen Lister, el indonesio Goenawan Mohamad y el singapurense Reginald Chua. Todos laureados reporteros, entre ellos, con el premio Pulitzer.
El equipo de periodistas del ICIJ tiene figuras, como Gerard Ryle, Marina Walker, Michael Hudson y el también ganador del Pulitzer Jake Bernstein.
“Nuestro objetivo es reunir a los periodistas de diferentes países en equipos, eliminar la rivalidad y promover la colaboración. Juntos apuntamos a ser el mejor equipo investigativo internacional”, asegura el consorcio en su sitio web.
Las investigaciones, además, no se venden. “Regalamos nuestro trabajo. Dependemos mucho de fundaciones de caridad y de la ayuda financiera de los lectores. Sin esa ayuda, no podemos existir”, advierte el ICIJ.
Precisamente, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación posee una lista de colaboradores que son los que financian su trabajo. Entre ellas, la Fundación Adessium, la Fundación Open Society, el Fideicomiso Sigrid Rausing, la Fundación Fritt Ord, el Centro Pulitzer en Reportaje de Crisis, la Fundación Ford, la Fundación de David y Lucile Packard, el Fideicomiso Pew Charitable y la Fundación Waterloo.
Casi todas estas organizaciones están dedicadas a apoyar proyectos que ayudan a mejorar las condiciones de vida de la sociedad, cuidar el ambiente y promover la equidad. La Fundación Open Society propone la construcción de democracias más fuertes y más justas en el planeta, mientras que la Fundación Fritt Ord y el Centro Pulitzer en Reportaje de Crisis apuntan a financiar proyectos de prensa.
El empresario y filántropo australiano Graeme Wood, dedicado a patrocinar proyectos periodísticos y ambientalistas, también es uno de los patrocinadores de ICIJ.
En este último proyecto han colaborado 109 medios de comunicación de 76 países, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación vuelve a incursionar en la develación del secreto mundo de las offshore, de quiénes se esconden tras las cortinas del anonimato que proporcionan estos instrumentos legales, de desentrañar poderosas redes de poder que nunca se hubieran conocido sin el periodismo investigativo y riguroso del ICIJ y los medios colaboradores.
Todo comenzó con una fuente anónima
Hace poco más de un año, a principios de 2015, una persona se acercó al diario alemán Süddeutsche Zeitung con la intención de compartirles información.
La fuente, según ha narrado el propio medio alemán, les pidió máxima confidencialidad, al punto de evitar reunirse en persona y utilizar solamente mensajes encriptados para poder comunicarse.
“Quiero que se conozcan estos delitos”, fue la respuesta que dio la fuente, todavía desconocida, sobre sus razones para entregar la información.
Los datos en cuestión eran archivos de la firma panameña Mossack Fonseca. En ellos, unos 11.5 millones de documentos, el diario alemán descubrió que en muchos casos, estos mostraban la arquitectura de complicadas estructuras legales para personas de dudosa reputación o relacionadas con escándalos de corrupción. La información, empero, era demasiado abundante, por lo que el medio europeo decidió compartirla con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) para que este, a su vez, convocara a medios aliados y poder atomizar, por país, una investigación a gran escala. De acuerdo con reportes del Süddeutsche Zeitung, Mossack Fonseca creaba carpetas para cada cliente, en la que incluía correos electrónicos, contratos, transcripciones, comentarios y documentos digitalizados.
El siguiente paso, después de convocar al ICIJ y a los medios aliados, fue indexar la información –más de 11 millones de documentos, equivalente a 2.6 terabytes de información– para poder facilitar su búsqueda entre los medios que participaron en el proyecto. Durante un año, los periodistas convocados trabajaron en la búsqueda de los documentos para realizar sus respectivas investigaciones, cuyas publicaciones empezaron ayer, domingo.
Süddeutsche Zeitung es un medio impreso, cuya sede está ubicada en Múnich. Es uno de los principales periódicos de Alemania, con un alcance de 4.4 millones de personas a través de su edición impresa, así como de la edición digital.