El atractivo de la competencia Ironman posee un componente que trasciende lo meramente deportivo: el impacto económico que tiene en cada ciudad del mundo donde se desarrolla. Y una de ellas es la ciudad de Panamá, la única de Centroamérica.
Para esta cuarta edición del Ironman 70.3 en suelo panameño, que comenzará mañana con los primeros rayos de sol, se inscribieron mil 400 atletas. De ellos, mil son extranjeros. Cada uno de estos últimos llega al país acompañado con unas tres personas en promedio, y lo hacen con hasta cuatro días de anticipación para aclimatarse y conocer el circuito.
Una vez terminada la competencia, varios de los atletas y sus acompañantes se quedan en el país como turistas. Es decir, que mientras usted está leyendo este artículo, cerca de 4 mil personas están consumiendo en la ciudad. Desde las reservas de hotel, los gastos de transporte (alquiler de un auto) y las tres comidas diarias hasta las compras en los centros comerciales o paseos por la ciudad.
La competencia genera un movimiento comercial estimado en $3.9 millones, de acuerdo con los atletas consultados y fuentes relacionadas con la organización. Esto significa un aporte al erario público de más de $525 mil en pago de impuestos. El aporte del Estado para la edición de este año es de $300 mil, divididos entre la Alcaldía de Panamá, Pandeportes y la Autoridad de Turismo.
“El país se vende con estos eventos, sin que el Estado gaste en nada, ni siquiera en promocionarlos”, cuenta Eladio Quintero, de la Unión de Triatlón panameña. Agrega que “la inversión del Estado es para pagarle, por ejemplo, a la empresa ENA por el uso del Corredor Sur, donde se desarrollará la competencia de ciclismo”.
Teniendo en cuenta los $300 mil que aportará el Estado y los $525 mil que se estima que recibirá en concepto de impuestos, se deduce que el Ironman generará a Panamá hasta 1.75 veces lo invertido. Además, como el Estado no es organizador -lo es la franquicia Ironman- tampoco debe preocuparse por el hospedaje y alimentación de los atletas ni en la logística del evento, como sí sucede en competencias como el Mundial de Béisbol.
Ironman 70.3 se desarrolló por primera vez en Panamá en 2012, luego de que la pasada administración firmara un convenio por tres años.
Con la llegada del nuevo gobierno, el contrato no se renovó y la edición del año pasado no se realizó. Para este 2016, las inscripciones, que oscilan entre $250 y $300, se agotaron en septiembre de 2015.
Hablan los atletas
Esta competencia es tan demandante física y mentalmente como cara. Para lograr un desempeño óptimo en los mil 900 metros de natación, 21 kilómetros de corrida (medio maratón) y los 90 kilómetros de ciclismo, los atletas entrenan casi que sin parar todo el año y deben tener especial cuidado con su nutrición.
También tienen gastos para cada una de las tres disciplinas -una buena bicicleta puede llegar a costar hasta $8 mil. A esto se le suman los productos para el cuerpo, como vitaminas, batidos de proteínas, suplementos de hidratación o geles para comer durante la carrera. Igualmente invierten en mantenimiento de los equipos, rines para la bicicleta y repuestos.
“Es un deporte que como tiene tres disciplinas requiere de mucho chéchere”, dice Cristina Mata (30), quien conoció la competencia en 2009 y compite ininterrumpidamente desde 2010 en el ámbito local e internacional. “La mayoría de los atletas es amateur, tenemos que pagar la inscripción. En las categorías no hay premios en efectivo, no recibes nada de vuelta. Es 100% por amor al arte”.
Mata cuenta que cuando un atleta viaja al exterior no suele entrenar o hacer demasiado esfuerzo físico para llegar en óptimas condiciones el día del evento, por eso aprovecha para conocer el lugar: “Todas las personas gastan en cosas turísticas”.
Para Fernando Alfaro (41), quien lleva 6 años compitiendo en Ironman, es más importante la proyección que este evento le da al país, que el flujo comercial que genera. Panamá es una de las pocas ciudades del mundo elegidas por la Corporación Mundial de Triatlón (WTC, por sus siglas en inglés) para la competencia.
“El hecho de que Panamá sea el único en Centroamérica que tenga este evento lo pone en un punto de referencia del deporte. Es exposición internacional”, dijo.
Sobre el gasto de cada deportista, reconoce que los atletas de esta disciplina buscan comer cosas orgánicas, sin gluten, saludables: “Son productos que al final del día incrementan el gasto. Estar en triatlón tiene un costo bastante alto”.
La relevancia de Ironman para el país en que se desarrolla es más que deportiva, y va más allá de las horas de duración. Durante una semana, los hoteles, restaurantes, bares, centros turísticos, supermercados, arrendadoras de autos y tiendas relacionadas con la competencia sienten su impacto directa y positivamente. Para el Estado, que no incurre en mayores gastos, también es un negocio redondo.