El presidente de Brasil, Michel Temer, prometió este domingo 4 de septiembre en Hangzhou, China, que el gigante sudamericano volverá a crecer gracias a las reformas y anunció la puesta en marcha en breve de un plan de privatizaciones y concesiones.
"En Brasil, el desafío económico más urgente es el orden fiscal. Nuestro objetivo principal es promover el ajuste estructural del gasto público en un horizonte a 20 años", dijo en el foro que reúne al mayor país de América Latina con Rusia, India, China y Sudáfrica (Brics).
El encuentro tuvo lugar en el marco de la cumbre del G20 que se celebra en la ciudad china y que reúne a grandes países industrializados y emergentes. En una rueda de prensa posterior, Temer también adelantó que anunciará en breve su plan de privatizaciones y concesiones, una de las medidas para intentar ajustar el presupuesto y sacar a Brasil de su peor recesión en décadas.
"El plan tiene dos vertientes. La primera es la privatización y la otra son las concesiones. Creamos un órgano especial para llevar a cabo las concesiones y las anunciaremos el día 13" de septiembre, añadió.
El presidente de Brasil realiza en China su primera misión internacional, hacia donde viajó el miércoles poco después de jurar su cargo como jefe de Estado. Horas antes, el Senado había destituido a la ya exmandataria Dilma Rousseff, poniendo fin a nueve meses de un proceso de destitución que se entrelazó con la crisis económica.
La mayor economía de América Latina cerró 2015 con una recesión de 3.8% y este año se encamina a una contracción similar, mientras la inflación está lejos de la meta fijada y aumenta el desempleo. Michel Temer ha insistido en que el foco de su gobierno, que se extenderá hasta finales de 2018, será reactivar la economía y sanear los enormes números rojos en las cuentas públicas.
En su comparecencia, Temer también destacó que para los Brics "la cuestión del clima (...) es una preocupación marcada", sobre todo desde que China y Estados Unidos han ratificado el acuerdo de París (COP21), algo que también tiene previsto hacer Brasil.
Washington y Pekín anunciaron el sábado la ratificación de este acuerdo histórico que busca limitar el aumento de la temperatura global a un máximo de dos grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales.