Los gobiernos de América Latina deben hacer esfuerzos fiscales con el fin de disponer de mayores recursos para invertir en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, en una región considerada la más desigual del mundo.
"Hay avances claros para la mayoría de los indicadores de desarrollo. Si se mantienen las políticas y se mejora el financiamiento hay probabilidad de que se logren los objetivos hacia 2030", dijo Luis Felipe López, director del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para América Latina y el Caribe.
Sin embargo, "hay que hacer un mayor esfuerzo fiscal para tener mayor recaudación y hay que mejorar la efectividad de las instituciones para entregar servicios públicos", añadió López durante un foro de ministros latinoamericanos en Ciudad de Panamá.
La reunión aborda el cumplimiento en la región de los ODS, un conjunto de compromisos adoptados en 2015 por 193 líderes mundiales para erradicar la pobreza y la desigualdad en 2030.
Los 17 objetivos plantean políticas globales orientadas a fortalecer la educación, la salud, la cultura, la equidad de género y la protección del medio ambiente.
Para los especialistas, es urgente que los países movilicen más recursos internos, avancen en políticas fiscales progresivas y ofrezcan incentivos para que el sector privado invierta en objetivos sociales.
"El financiamiento es quizás una de las áreas más apremiantes donde las alianzas son necesarias", declaró Achim Steiner, administrador del PNUD.
Según la ONU, uno de cada tres latinoamericanos está en riesgo de recaer en la pobreza debido a la recesión económica, después de 15 años de bonanza. Se estima que existe una población de entre 25 y 30 millones de ciudadanos que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
En los últimos 15 años, América Latina ha experimentado las mayores cuotas de bienestar de su historia debido al crecimiento económico y los subsidios para los más necesitados.
Gracias a esas políticas, 72 millones de personas salieron de la pobreza y 94 millones se incorporaron a la clase media en la región, según la ONU.
"Al final no hay una garantía de que se vayan a implementar estos ODS en todos los países", pero "nuestra esperanza es que podamos llegar al desarrollo de políticas más inteligentes y a mayor cooperación", afirmó Steiner.
Indígenas, afrodescendientes, campesinos, jóvenes, mujeres y minorías sexuales no han podido alcanzar el progreso en igualdad de condiciones ya que su acceso al mercado laboral y a la educación se ve condicionado por múltiples factores.
"América Latina no es la región más pobre del mundo, pero sigue siendo la región más desigual del mundo", señaló Laís Abramo, directora de la división de desarrollo social de la Cepal, un organismo regional de la ONU.
"Para retomar la senda de la reducción y erradicación de la pobreza es fundamental enfrentar de forma mucho más decisiva la desigualdad, no solo de ingresos sino de género, territorial y étnico-racial", añadió Abramo.