La resolución 118 que firmó el 26 de junio el exdirector de la Autoridad Aeronáutica Civil (AAC), Alfredo Fonseca Mora y que levanta la suspensión que regía desde el 13 marzo contra los modelos Boeing MAX 8 y 9, no significa que estos aviones podrán operar en Panamá.
Fonseca Mora indica que el objetivo de la resolución es que el nuevo director Gustavo Pérez Morales tenga conocimiento de la situación de los MAX.
"Yo estuve de cerca viendo todo el proceso con Boeing y con la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en Inglés, y en consecuencia debía dejar una base para que el nuevo director supiera cuáles son las condiciones mínimas que se deben cumplir para que esos aviones puedan volar", comentó Fonseca Mora.
En la resolución se indica que los modelos MAX solo podrán volar en Panamá si el fabricante obtiene todos los permisos de las autoridades aeronáuticas de su país para poder volar nuevamente.
Igual, los pilotos de las aerolíneas que utilicen los aviones MAX como Copa Airlines que mantiene en tierra seis aeronaves MAX 9, hayan cumplido con los entrenamientos actualizados y aprobados por la AAC. Adicional, las aeronaves MAX deben contar con el sistema actualizado con las nuevas especificaciones.
La operación de la flota MAX fue suspendida a nivel mundial luego de que dos accidentes donde estuvieron involucrados los aviones de Boeing provocaron la muerte de 346 personas.
En las últimas semanas, medios estadounidenses han señalado que la FAA ha encontrado nuevas fallas en el sistema operativo de la flota MAX, lo que complica el panorama de Boeing que había proyectado que para el mes de julio obtendría los permisos de los reguladores estadounidenses para reiniciar la operación de su flota.
Fonseca Mora comentó "esos aviones no pueden volar a menos que se cumplan esas condiciones, y si nuevas condiciones surgen, el nuevo director tendrá que dejar sin efecto esta resolución que firmamos el 26 de junio y desarrollar otra".
Una investigación del diario estadounidense The New York Times planteó la posibilidad de que la falta de dos sistemas, que no forman parte de la versión básica del MAX 8, pudo influir para que la aeronave cayera en picada dejando sin opciones a los pilotos.