El mal desempeño de los mercados de valores internacionales en 2015 provocó que las inversiones del Fondo de Ahorro de Panamá (FAP) no generaran rendimientos y, por lo tanto, no habría beneficios que transferir al Estado.
Así lo confirmó Abdiel Santiago, secretario técnico del FAP, quien no obstante señaló que los números definitivos de 2015 se conocerán a finales de marzo, cuando salgan los estados financieros auditados.
El FAP fue creado en 2012 como reemplazo del Fondo Fiduciario de Desarrollo. Desde entonces, sus aportes al Estado han sumado $68.6 millones.
RENDIMIENTO DEL FAP SERÍA NULO EN 2015
El rendimiento preliminar del Fondo de Ahorro de Panamá (FAP) en 2015 fue de 0% debido a las dificultades en los mercados financieros internacionales y, por lo tanto, a falta de conocer los resultados auditados, no se prevé que este 2016 haya algún aporte a las arcas del Tesoro Nacional procedente de este instrumento de ahorro.
Abdiel Santiago, secretario técnico del Fondo, dijo a este diario que 2015 fue “un año para olvidar en los mercados” y que el Fondo está ligado a este. Comentó que otros fondos soberanos que no son tan conservadores como el panameño llegaron a tener resultados negativos. Los mercados cayeron en todo el mundo. Los principales índices de acciones cerraron el año con caídas. “En 2015 hubo políticas monetarias divergentes. Estados Unidos subió las tasas de interés, mientras que en Europa toman el camino contrario”, apuntó Santiago.
Esa disonancia se acentuó por la caída del precio del petróleo, que generó un ambiente deflacionario (caída de precios) que arrastró las acciones de las compañías. Santiago defendió que los resultados del Fondo se deben entender en el largo plazo, en un periodo de al menos cinco años y que, por ejemplo, el año pasado el aporte al Estado fue de $57.4 millones por el buen comportamiento de los mercados en 2014. En 2013 el aporte fue de $1.5 millones y en 2012 fue de $9.7 millones.
El 65% de las inversiones del Fondo está en valores de renta fija como bonos soberanos, bonos corporativos, así como títulos de instituciones multilaterales y valores hipotecarios. Este es el tipo de inversión que se considera más segura. Además, solo se puede invertir en títulos que tengan calificación de grado de inversión. También tiene un 20% en efectivo y el 15% restante en valores de renta variable, como acciones, títulos que pueden generar mayores retornos, pero también encierran más riesgo.
El patrimonio del FAP es de alrededor de mil 200 millones de dólares. El instrumento nació con la Ley 38 de 5 de junio de 2012 como reemplazo del Fondo Fiduciario para el Desarrollo, creado con los recursos que recibió el gobierno en el proceso de privatización de empresas públicas en la década de 1990.
Aunque se creó para recibir los excedentes de ingresos generados por el Canal ampliado, es difícil que vaya a crecer si no se modifica la ley. Esto es porque, según la norma, al Fondo llegan recursos del Canal si los aportes de la vía acuática al Estado sobrepasan el 3.5% del producto interno bruto (PIB), umbral que difícilmente se alcanzará en los próximos años, dado el fuerte crecimiento de la economía del país y las revisiones a la baja de los aportes del Canal ampliado.
Moody´s
El PIB nominal de 2015 fue de $52 mil 132 millones, según el dato oficial de la Contraloría General de la República. Esto significa que los aportes del Canal al Estado deberían haber superado los $1,824 millones para que el excedente se destinara al FAP. En 2015, el aporte del Canal al Estado fue de mil 43 millones de dólares.
La regla de acumulación hace difícil que el FAP vaya a crecer en el futuro inmediato. La agencia de calificación de riesgo Moody´s dijo en su más reciente reporte sobre Panamá que “no esperamos que el fondo soberano del país reciba transferencias significativas en los próximos años, reduciendo su efectividad como herramienta contracíclica”.
El espíritu del FAP, como otros fondos soberanos en el mundo, es ir acumulando ahorros para ser utilizados en caso de una catástrofe natural o una fuerte desaceleración económica.