Francia fue el escenario escogido por el presidente José Raúl Mulino para revelar que su Gobierno evalúa otorgar en concesión el Aeropuerto Internacional de Tocumen, la principal terminal aérea del país, 100 % subsidiaria del Estado.
A dicha concesión se le uniría otra, la de los aeropuertos de Colón, Río Hato y de la ciudad de David, en Chiriquí, todos bajo la administración de la estatal Aeropuerto Internacional de Tocumen S.A. (AITSA).
El actual gerente de AITSA, José Antonio Ruiz, indicó a La Prensa que efectivamente se ha conversado sobre la opción de dar la terminal de Tocumen en concesión a privados, aunque de forma independiente y no en bloque con el resto de las terminales.
”Para Tocumen se está evaluando cuál es la mejor opción para el futuro del país”, dijo Ruiz.
Mulino no dio mayores detalles de qué tan avanzados se encuentran los análisis de la posible concesión, ni para cuándo se tendría tomada una decisión. Tampoco de las ventajas para el país y los beneficios económicos de dicha operación.
Tampoco mencionó si la concesión sería total, es decir, si se le otorgaría a una empresa privada el control administrativo y las inversión.
O si solo se le pagaría a un concesionario por administrar la operación, mientras que las inversiones y planes futuros estarían en manos del Estado.
Apenas hizo un guiño a la comunidad empresarial francesa sobre todo lo que en términos de negocios, obras e infraestructuras se está cocinando en Panamá.
Antes, el pasado 8 de agosto, reveló que daría en concesión los tres aeropuertos regionales debido a las pérdidas que generan.
Dijo: “En los próximos días estaremos publicando una expresión de interés con el ánimo de invitar a empresas internacionales con vasta experiencia en el manejo de aeropuertos para dar en concesión no uno, sino los tres aeropuertos. Estas terminales serán otorgadas a un operador de aeropuertos internacionales de vasta solvencia, y se pondrá a disposición toda la base de datos para que puedan extraer toda la información”, indicó el mandatario nacional al referirse a los aeropuertos Enrique Malek en David, Chiriquí; Scarlett Martínez en Coclé; y Enrique A. Jiménez en Colón.
En el caso de Tocumen, se trataría de un movimiento inédito en el país, por el tamaño de la operación y los componentes de seguridad intrínsecos en el manejo de aeropuertos de su envergadura.
En el aeropuerto de Tocumen operan 33 líneas aéreas, 16 aerolíneas de pasajeros y 17 de carga.
Es la principal entrada de viajeros al país y uno de los pocos aeropuertos en la región con dos pistas para el aterrizaje de aeronaves, considerando la que está disponible para los aviones de carga y los vuelos privados, que puede ser utilizada como una alternativa a la principal en momentos de alta demanda.
Aunque no se detalló quienes serían los interesados en lograr la concesión de Tocumen, grupos como Vinci Airports y Groupe ADP (Aéroports de Paris), tienen presencia en Latinoamérica y el Caribe en aeropuertos como los de Santiago de Chile, Santo Domingo, Monterrey, Acapulco y Manaus, entre otros.
También están en el mundo grupos como Aena de España que maneja el aeropuerto de Barajas en Madrid y tiene presencia en Brasil, la alemana Fraport, la suiza Zurich Airports y hasta la argentina Corporación América Airports que podrían contarse entre las empresas que manejan terminales aéreas privatizadas o dadas en concesión por gobiernos.
Situación financiera
La empresa estatal genera ingresos principalmente a través de tarifas cobradas a aerolíneas por vuelos internacionales, así como impuestos de salida de pasajeros.
Además, obtiene ingresos por el alquiler de espacios comerciales y concesiones dentro del aeropuerto.
Se espera que este año los ingresos del aeropuerto superen la barrera de los 400 millones de dólares. Ya se superó los 14.3 millones de pasajeros movilizados en 9 meses de este 2024.
“Nos encontramos preparados para afrontar un aumento robusto en la demanda de transporte aéreo a nivel regional y global en los próximos meses. La industria sigue mostrando un desempeño alentador con una tendencia al alza, lo cual impacta positivamente la capacidad de Tocumen para preparar nuevos proyectos de desarrollo”, dijo la empresa en sus últimos estados financieros.
AITSA tiene una deuda en bonos por pagar que asciende a 1,709 millones de dólares. Son dos emisiones con vencimientos para los años 2041 y 2061.
Las deudas están vinculadas al proceso de expansión del aeropuerto de Tocumen.
En 2006, se puso en marcha un plan de expansión, incluyendo la construcción del llamado “Muelle Norte”, con lo que se logró aumentar la capacidad en un 50 %, alcanzando hasta 15 millones de pasajeros anuales.
En 2013, se comenzó la construcción de la Terminal 2. Se suponía que estaría lista en 2019, pero fue entregada en 2022.
La obra, contratada en la administración de Ricardo Martinelli por 679.4 millones de dólares, terminó costando 917.9 millones de dólares.
Este año, dijo Ruiz, AITSA espera entregar $40 millones en concepto de dividendos correspondientes a la vigencia fiscal del año 2023.