El crecimiento económico de Panamá no está generando empleos sostenibles en la magnitud necesaria para insertar en el mercado laboral a las personas que buscan trabajo por primera vez o para promover una movilidad adecuada de quienes ya están empleados.
Economistas y analistas financieros señalan que esto se debe a los bajos niveles de inversión extranjera que el país ha recibido en los últimos años, así como a la falta de confianza para atraer nuevos capitales.
“La economía panameña muestra un crecimiento del 2.1% al cierre del tercer trimestre de 2024. Sin embargo, la tasa de desempleo también ha aumentado del 7.4% en agosto de 2023 al 9.5%, según la última estadística. ¿Cómo es posible que una economía crezca y al mismo tiempo haya más desempleo? La razón es que Panamá necesita más inversión”, explicó el economista, Ernesto Bazán.
Agregó que el crecimiento del producto interno bruto (PIB) solo refleja que se ha producido o vendido más bienes y servicios, pero no implica una mayor contratación de personal.
“Lo que nos hace falta es inversión. Cuando el crecimiento va acompañado de inversión, la economía crece y la sociedad se beneficia a través de mayores empleos y oportunidades”, insistió.
Bazán destacó que la inversión extranjera directa (IED) apenas representa el 2.7% del PIB, cuando en la década pasada promediaba el 8%.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), el flujo de IED durante el primer trimestre alcanzó un saldo de $1,610.3 millones, un aumento del 23.2% respecto al mismo período del año pasado. Este incremento se debió principalmente a la reinversión de utilidades, que alcanzó $1,080.9 millones, con un alza del 16.0% en relación con el mismo período del año anterior, especialmente por parte de bancos de licencia general y otras empresas.
En todo 2023, las inversiones extranjeras directas sumaron solo $2,016 millones, una caída del 30.69% frente a los $2,906 millones registrados en 2022. Además, el país no ha alcanzado los niveles de 2018, antes de la pandemia, cuando se reportaron $4,750 millones en IED.
“Para incentivar la inversión necesitamos reforzar la confianza, y ese es el gran problema que tenemos como país: no generamos confianza”, señaló Bazán.
Explicó que los mercados internacionales, incluidas las agencias calificadoras de riesgo y los inversionistas, perciben que Panamá ha tenido problemas para manejar las finanzas públicas y no ha sido capaz de reducir el gasto, lo que genera desconfianza.
“Así lo han manifestado las calificadoras de riesgo. Fitch Ratings, en marzo de este año, redujo la calificación de riesgo de Panamá en un nivel. Standard & Poor’s acaba de hacer lo mismo, y Moody’s modificó la perspectiva, lo que indica que es probable que en la próxima revisión también reduzca la calificación de Panamá”, advirtió Bazán.
Precisó que nunca antes el país había alcanzado un déficit fiscal superior a los $6,000 millones, como ocurrió este año.
Sigue la desaceleración económica
El economista Eric Molino Ferrer señaló que la cantidad de personas desempleadas aumentó en casi 50,000, alcanzando un total de 202,000 personas sin empleo. Esto refleja una desaceleración económica y la falta de creación de los puestos de trabajo que el país necesita.
A esto se suma el alto nivel de informalidad, que pasó de 765,000 a 771,000 trabajadores informales, con mayores índices de desempleo e informalidad en las provincias.
“En el área comarcal, la informalidad alcanza casi el 92%, y en lugares como Bocas del Toro y Darién supera el promedio nacional, con tasas del 65% y casi 70%, respectivamente. Cuando analizamos el impacto del desempleo, debemos mirar más allá de la ciudad capital, hacia el interior, donde se ha acentuado”, mencionó Molino.
Insistió en que cualquier plan de reactivación económica debe enfocarse en el interior del país.
También destacó la necesidad de sanear las finanzas públicas y expresó preocupación de que en 2025 persistan los problemas de déficit fiscal, una reducción en la recaudación y menos actividad económica y empleo.
“De cara al futuro, es probable que el presupuesto del próximo año enfrente los mismos problemas. Si seguimos con un crecimiento moderado cercano al 2%, un aumento del desempleo y la informalidad, es probable que la recaudación no cumpla las expectativas”, afirmó.
Molino destacó que al cierre de noviembre, los ingresos fiscales acumulados eran menores que los del año pasado.
Al igual que Bazán, consideró que Panamá debe mejorar sus finanzas públicas, mantener una mayor disciplina y recuperar su atractivo como receptor de inversión extranjera para estimular el ingreso de capital que beneficie a la población mediante mayor actividad económica y empleo.